Este proyecto de viviendas sociales para Reus pertenece al programa de promoción del organismo autónomo.

El Departamento de Vivienda de la Generalitat realiza la obra de promoción pública mediante encargos directos a arquitectos no funcionarios, según criterio de méritos. Los encargos suelen abarcar conjuntos de cincuenta a cien viviendas, sobre suelo urbanizado propiedad del Departamento. En nuestro caso, se trata de cuatro edificios en altura en la fachada de un paseo arbolado y unas hileras de casas unifamiliares en las calles perpendiculares, dentro de un nuevo barrio de Reus.

Se trata, pues, de organizar una manzana con una serie de pequeños bloques y sin que quede un gran espacio libre. La parte de la manzana que no da al paseo se ocupa con las viviendas unifamiliares con acceso independiente. Los bloques la limitan de forma discontinua y forman la fachada más urbana del conjunto.

Cada bloque tiene una composición simétrica, con un portal en arco que da acceso a dos núcleos de escaleras. No se acusa la pendiente sino entre uno y otro bloque; cada uno se corona con una cornisa limpia, interrumpida por un frontón diferente para cada uno de los bloques. La fachada de éstos tiene un doble carácter: la del paseo, más urbana, se organiza regularmente. Ni cocinas ni escaleras se asoman a ella. La fábrica de doble hoja intercala en el tabicón exterior unas pilastras de piedra artificial con la altura total de las cuatro plantas, cuyas basas y capiteles varían de uno a otro edificio. Por el contrario, la fachada al patio interior, sobre los jardines de las unifamiliares, agrupa terrazas, cocinas y escaleras: elementos más personalizados y variados que darán un aire espontáneo y desordenado adecuado a este espacio. El deseo es que la fachada exterior tuviese un aire de Durán i Reynals mientras que la interior recordase a Ralph Erskine.

La planta se organiza en torno a una diagonal que enhebra el salón, recibidor, comedor y dormitorio mayor, y se prolonga en un ventanal de esquina. Esto permite un máximo de profundidad visual; en las viviendas del centro del bloque se consigue un efecto semejante sin sacrificar la intimidad del vecino colocando un espejo en la cara interior del postigo, solución que alude a una curiosa ventana del Palau Güell de Antonio Gaudí, el famosísimo hijo de Reus.

Las viviendas unifamiliares del conjunto se agrupan de dos en dos, para unir entradas de garajes y simplificar acometidas y cubiertas. Se organizan en distintos niveles alrededor de un vacío central que comunica las habitaciones y proporciona iluminación y ventilación cruzada.

La condición social exige un estudio de la racionalidad constructiva, y al mismo tiempo de la durabilidad de los materiales que no debe sacrificarse a la economía.

La construcción se preocupa de tener un buen envejecimiento, especialmente en accesos y piezas comunes, lo que unido a una exigencia de economía lleva a utilizar al máximo el material cerámico. Toda la estructura portante es de ladrillo, excepto los pórticos de planta baja de los bloques. Mucha cerámica, poco hormigón, casi nada de metal.

Con cierta prudencia se han introducido dos temas de investigación constructiva. El primero es una adaptación a nuestra tradición de la fachada doble; la hoja interior, portante, hecha de fábrica de ladrillo de quince centímetros, y la exterior de fábrica vista de piezas cerámicas especialmente diseñadas de diez centímetros. La hoja de fuera se apoya en la interior mediante llaves cerámicas, aprovechando la poca conductividad térmica de este material, en vez de las llaves metálicas corrientes en la doble hoja de otros países. El segundo tema es la ventana corredera exterior, con una única hoja de vidrio que permite la apertura total del hueco (en vez de la usual mitad) y la desaparición del montante central, ya esté abierta o cerrada. El deslizamiento exterior permite en el interior el uso de muebles contiguo a la ventana.

Todos estos detalles se unen en el proyecto de la fachada para articular la imagen del pequeño conjunto urbano de Mas Abelló...[+]