Sobre una ladera de olivos y almendros que cae hasta el mar Egeo, en el pequeño pueblo de Büyükhusun, una familia acomodada de Estambul quería una casa de vacaciones y fines de semana para sus cuatro miembros y sus invitados. La parcela está situada en el límite del pueblo, en un solar en pendiente junto a la carretera que bordea la caída del terreno, cuyo desmonte ha producido una serie de terrazas. Sobre la primera de ellas se sitúa la casa, un largo y estrecho volumen de una altura generado a partir de un masivo muro pétreo que se pliega formando la fachada norte y los dos planos de la cubierta. El muro protege a los habitantes dando la espalda al espacio público de la carretera y oculta la casa al situarse en una cota más baja que ésta. El edificio se funde con la topografía gracias a la continuidad con el terreno circundante de la piedra local que cubre su volumen y los suelos que lo rodean.

La casa está compuesta por un gran espacio común diáfano donde las zonas de cocina y comedor se separan de la zona de estar por una chimenea exenta de media altura. Un pasillo que discurre a lo largo del muro norte lleva a las distintas habitaciones, dispuestas en serie, cuyas ventanas enmarcan vistas repetidas del mar. Paralelo al pasillo, del lado del jardín, el pórtico longitudinal que define el alzado sur de la casa crece transversalmente para albergar el garaje y un comedor abierto.

Como la idea constructiva del edificio no podía ser realizada por los técnicos locales, debido a las grandes dimensiones de los lienzos de piedra necesarios para ello, la estructura portante de la casa consiste en una sencilla serie de pórticos transversales prefabricados, separados entre sí por una distancia fija de 1,6 metros. Los espacios intermedios se ocupan en la fachada norte por el relleno de piedra que caracteriza la imagen del edificio, dejando vista la estructura de acero. Este sistema de cerramiento continúa en la cubierta, distinguiéndola de los tejados tradicionales de teja presentes en la mayoría de los edificios del pueblo. Según la disposición de las rocas y los espacios interiores a cubrir, las distintas secciones entre las vigas definen la porosidad del volumen, que en lugares concretos permite el paso de la luz del sol al interior de la casa. En el espacio definido por esta envolvente de piedra, un cerramiento transparente y continuo de puertas de vidrio contiene los espacios habitables de la casa, que por su geometría y su sistema constructivo pertenece más al terreno de la ladera que al núcleo urbano, alejando del mismo la vida de sus habitantes y situándola en el paisaje, frente a la isla de Lesbos... [+]