El colegio Calasanz, perteneciente a la orden de los Escolapios, está ubicado en la comuna de Ñuñoa, en Santiago, y ocupa una manzana completa con una extensión de 2,6 hectáreas de terreno. El nuevo edificio para el gimnasio y centro de medios conforma la esquina sur poniente del colegio, cerrando un patio interior del mismo. Hacia el exterior se han respetado las alturas de los edificios circundantes. En el interior, un techo abovedado se ajusta a los gálibos requeridos para poder albergar competiciones deportivas de categoría nacional sin tener que aumentar el volumen exterior del gimnasio. A pesar de estar tratadas como paramentos prácticamente ciegos, las fachadas del edificio permiten leer la organización interior: paneles de policarbonato translúcido en el zócalo situado bajo la línea de cota del terreno que albergará en un futuro el centro de medios o biblioteca; cuerpo intermedio revestido de piezas prefabricadas de hormigón coloreado en masa, que dejan rendijas para permitir vistas desde el graderío superior; y una banda de coronación, también en policarbonato translúcido, que ilumina las trayectorias de los balones sin deslumbrar a los jugadores. La estructura de la nave del gimnasio se realiza en acero con vigas de alma llena y directriz curva fijadas a puntales que forman pirámides invertidas, cuyos vértices apoyan sobre cajones de hormigón donde se oculta el graderío desplegable cuando se recoge. Las paredes interiores, forradas de madera de olmo, así como el tono cálido del pavimento de la pista, contrastan con la claridad del techo. En éste se ha evitado la aparición de la estructura metálica, y la iluminación se ha concentrado en algunos pocos puntos, también en beneficio de los jugadores, que habitualmente tienen dificultades para distinguir el balón entre las cerchas y las instalaciones. Para destacar su posible utilización de manera independiente del colegio, el acceso principal se encuentra bajo una marquesina metálica de amplio vuelo apoyada sobre pilares iguales a los de los interiores...[+]


Obra
Gimnasio del colegio Calasanz, Ñuñoa, Santiago. 

Cliente
RRPP Escolapios. 

Arquitectos
Teodoro Fernández Larrañaga, Sebastián Hernández Silva. 

Colaboradores
Danilo Martic, Martín Labbé, Tomás McKay; Santiago Arias, Patricio Bertolet (estructura) Pascal Chautard (iluminación). 

Fotos
Tadeuz Jalocha.