En Lérida, sobre la colina de Gardeny, a la que da nombre un castillo templario, se encuentra el campus principal del Parque Científico y Tecnológico Agroalimentario (PCiTAL). Aprovechando unas antiguas instalaciones militares de época racionalista, muy austeras, el Ayuntamiento y la Universidad de Lérida promovieron la creación de un parque que animase a instalarse en la ciudad a empresas de base tecnológica.

Los edificios principales son tres cuarteles con planta en forma de H que han sido rehabilitados y fusionados en un único edificio mediante la cubrición de los patios exteriores existentes entre los edificios con unos ‘invernaderos-umbráculos’ modulares similares a los utilizados en la industria agrícola. La cubrición de los patios genera un espacio térmico en el que se crea un microclima capaz de mejorar mediante sistemas pasivos, el confort interior de los edificios. Cada patio se distingue por el color y la vegetación, diferenciando los usos de los edificios: en la primera H se han instalado empresas tecnológicas;?la segunda la ocupan organismos dedicados a la transferencia de tecnología; y la tercera es de laboratorios para grupos de investigación de la universidad y centros de I+D. Las cubiertas también son espacio comunitario, en ellas existen salas de reuniones y jardines que almacenan agua de lluvia y ofrecen vistas panorámicas de la ciudad de Lérida.

Las fachadas exteriores a los patios han respetado la fisonomía de los antiguos edificios, rehabilitándose las texturas, colores y detalles; únicamente se han incorporado unas bandas de protección solar a base de lamas que envuelven los huecos existentes.

El principal dispositivo bioclimático es el patio cubierto que genera un microclima propio, capaz de aportar calor y frescor, en invierno y verano respectivamente, al interior de los edificios. En este sentido, el conocimiento de la tecnología agrícola ha sido fundamental para conseguir las condiciones de temperatura, humedad y ventilación adecuadas. Para reducir la demanda energética, el edificio aprovecha las condiciones del entorno del edificio: la ventilación e iluminación naturales, y el control de las ganancias térmicas protegiendo mediante lamas horizontales móviles de las fachadas sureste y suroeste, y aislando los muros por el exterior para aprovechar la acumulación de calor y frescor hacia el interior. En cuanto a la eficiencia energética de las instalaciones, se plantea el uso de sistemas de iluminación adaptados al nivel de iluminación natural; la climatización se ha dimensionado teniendo en cuenta la interacción de los edificios con el espacio ‘invernadero-umbráculo’. Los materiales utilizados son de bajo impacto ambiental y alta reciclabilidad. En cuanto al ciclo del agua, el edificio recoge en aljibes la de lluvia e incluso la de niebla, por condensación.