La plazuela de Santiago se ubica en el centro histórico de Carmona, en la provincia de Sevilla, sobre un promontorio de 248 metros de altura que domina el valle del río Corbones, colmatando uno de los márgenes del antiguo recinto amurallado. En este contexto se ubica el solar, de poco más de 1.300 metros cuadrados de superficie, en el que originariamente existían una serie de construcciones con el tipo edificatorio propio de las viviendas carmonenses y de estilo mudéjar, cuyo valor patrimonial fue puesto de manifiesto tras la preceptiva intervención arqueológica.

Habida cuenta de estas preexistencias, la primera parte de la actuación consistió en el apuntalamiento de todo el conjunto, la demolición de los elementos carentes de valor, el recalce de las cimentaciones que habían cedido, el picado y saneamiento de los revestimientos y, finalmente, su eventual reparación, preparándolas para su posterior finalización utilizando técnicas y materiales tradicionales como el mortero de cal y el uso de aparejos del mismo tipo que los tradicionales.

El nuevo programa de viviendas partió, así, de la premisa de conservar y recuperar las estructuras históricas, de tal manera que estas se convirtiesen, en el contexto general del edificio, en lugares de referencia para el uso colectivo. Los restos arqueológicos ocupan, de este modo, los espacios principales: por un lado, estructurando el nuevo local social; por el otro, conformando tres de los lados del patio central.

La racionalización de la accidentada geometría del solar se consigue disponiendo tres volúmenes en forma de U, orientados al sur, al oeste y al norte, que conforman tres espacios públicos exteriores desde los que se accede a las viviendas, organizando así la vida colectiva. La unión de estos volúmenes entre sí y con los ámbitos medianeros se resuelve con volúmenes de menor entidad, intercalados entre pequeños patios de ventilación y de iluminación, de uso privativo de las viviendas.