Casa de retiro espiritual, Burguillos
Emilio Ambasz 

Casa de retiro espiritual, Burguillos

Emilio Ambasz 


El paisaje excepcional de la sierra de Sevilla reclama la atención de las escasas construcciones que en él se levantan. La casa de retiro espiritual, que emerge como una atalaya para disfrutar de 270 grados de vistas sobre la comarca, se ideó no obstante sin una ubicación concreta hace casi treinta años, y es ahora cuando ha encontrado en Burguillos, un municipio de la Ruta de la Plata situado a treinta y nueve kilómetros de Sevilla, el entorno ideal en el que materializarse.

La finca es una dehesa de 600 hectáreas, ondulada y salpicada de encinas, donde pastan toros bravos, caballos de raza española y cerdos de pata negra. Sobre uno de los altozanos se levantan dos altos muros encalados formando un ángulo de noventa grados: son la única fachada visible de la casa. Rompiendo la arista en el nivel del terreno se encuentra la entrada, un portón de madera repujada situado en chaflán; justo encima de ella, próximo a la coronación de los muros, cuelga un balcón también de madera cerrado con celosías. Ambos elementos, puerta y balcón, responden a un mismo ‘interior’, un patio semienterrado de planta cuadrada que funciona como vestíbulo de la vivienda. Los dos muros blancos —por los que discurren sendas hileras de escalones metálicos que conducen hasta el balcónmirador— conforman dos lados del cuadrado, mientras los otros dos quedan definidos por un porche acristalado que lleva la luz al interior de la casa, por entero bajo tierra. La vivienda es fundamentalmente un amplio salón de estar con dos crujías. Contra el terreno, el salón dibuja paramentos de contención curvos a los que vuelcan las demás estancias del programa: habitaciones, cocina y baños son cavidades que comunican con el estar. Un patio menor y dos lucernarios de formas sinuosas iluminan las áreas más profundas de la planta.

El edificio se ha construido con hormigón y fábrica de ladrillo, según el uso local: la solera y los muros descansan sobre camas de arena, aislados con un forro de fibra de vidrio y juntas selladas; tanto los pilares como estos muros soportan una cubierta abovedada en ciertas áreas para diferenciar espacios de la vivienda, a la que protege de posibles inundaciones por medio de una suerte de alero invertido. Pero no sólo los criterios ecológicos como enterrar la casa de manera que la climatización artificial apenas resulte necesaria y que la transformación del paisaje sea mínima, se tuvieron en cuenta: la tradición arquitectónica se deja ver en las habitaciones a modo de cuevas (que aún perviven en algunos lugares de Andalucía) y en el patio y la madera labrada, legados ambos de la cultura árabe... [+]


Arquitecto Architect

Emilio Ambasz

Colaboradores Collaborators

Felipe Palomino, Nelusco Salvarani, Bradley Whitemore

Fotos Photos

Fernando Alda