En el barrio del Pópulo de Cádiz, junto a la Catedral Nueva, existe una antigua casa-palacio en la que diversas familias vivían hacinadas en unas inadecuadas condiciones de habitabilidad. El objetivo del proyecto ha sido reubicar de forma digna a los inquilinos en su misma finca y rediseñar sus viviendas sin perder la memoria del edificio, es decir, introducir en el mismo los adelantos técnicos de la contemporaneidad y dotar cada estancia de la ventilación e iluminación necesaria con los medios de nuestra época sin caer en la estandarización y racionalización de los espacios, sino aprendiendo de lo casual y lo arbitrario de la arquitectura original para enriquecer las características particulares de cada vivienda.

La complejidad formal y las condiciones de partida del proyecto, en las que se manifestaba el interés de conservar los valores históricos de la casa, así como la necesidad de mantener la superficie construida y la altura de coronación original de la fachada, ha llevado al desarrollo de un proyecto que da cabida a cinco viviendas de protección oficial y un local en planta baja para la asociación de vecinos del barrio. En la actuación llevada a cabo por los arquitectos se entrelazan cuatro tipos de intervenciones: la rehabilitación y consolidación de los muros del siglo XVIII y de mayor antigüedad existentes en planta baja y primera; la reestructuración sin alteraciones de los patios, tal como dicta la normativa; la sustitución de la edificación en planta segunda y la ampliación de la misma en altura mediante el levantamiento de un ático retranqueado. Se produce así una labor de consolidación de las plantas baja y primera, sobre las cuales aflora la nueva arquitectura con la que se completa el programa y se fija la morfología de la casa.

Uno de los principales objetivos del proyecto es recuperar el carácter de calle que antaño poseía el brazo de la parcela que se conecta con la pequeña plaza abierta al crucero de la catedral. Este espacio alargado, que separa la edificación del bloque adyacente en su límite norte, se convierte en una calle privada de dos plantas de altura, parcialmente cubierta y ventilada e iluminada a través de dos patios y un hueco a fachada. Esto permite abrir ventanas de las viviendas a este espacio y crear realmente un paisaje urbano interior. Con esta operación se mantiene impoluto el antiguo muro de la fachada que da a la plaza y se rescata la planta rectangular que la casa tuvo en su época de mayor esplendor. Este propósito recuperador ha fundamentado el desarrollo de un proyecto que talla el bloque y los vacíos de la parcela, haciendo aparecer una serie de aberturas a cielo abierto y al espacio urbano para garantizar la calidad del conjunto... [+]