El proyecto surge como resultado de un concurso de ideas, de ámbito nacional y abierto, para la construcción de una promoción de 245 viviendas sociales en El Porvenir, uno de los barrios históricos de Sevilla más conocidos y más cotizados, situado junto al Parque de María Luisa y muy próximo a la Plaza de España.

La propuesta, que resultó ganadora del primer premio en el concurso, optaba por agotar la altura máxima. Esta decisión permitía liberar gran parte de la planta baja, consiguiendo de esta manera un mejor soleamiento de los espacios libres, así como la permeabilidad visual y peatonal y, sobre todo, la creación de espacios exteriores capaces de abordar diferentes matices de lo público. Las siete torres-patio que componen el conjunto están dispuestas en la parcela de manera aparentemente arbitraria y azarosa, una disposición meditada no obstante que responde a cuestiones como el aumento de distancia entre fachadas, las vistas desde las viviendas, el soleamiento óptimo, la multiplicidad de los espacios exteriores… El tipo de vivienda utilizado es de cuatro unidades por núcleo, todas ellas con doble orientación.

Con la relación entre vivienda y espacios exteriores como leitmotiv, el proyecto asocia una plaza a cada torre, y despliega un mirador en voladizo en la parte superior. Las viviendas —cuatro por planta— se distribuyen en esvástica sobre el patio central; todas ellas tienen dos orientaciones y ventilación cruzada. 

Uno de los principales objetivos del proyecto es abordar las distintas formas de relación que se establecen entre los usuarios. Para ello se crean dos tipos de áreas comunitarias: en primer lugar, la de los ‘claros del bosque’ situados entre las torres, un espacio permeable en todos sus lados a una ciudad que participa de su disfrute y mantenimiento. En segundo lugar, la de las plazas de torres, asociadas cada una a un edificio, abiertas a diferentes usos todas ellas —juegos infantiles, mercadillos, baloncesto, skaters, zona de sombra en verano, etc.—, que invitan a los habitantes de las otras torres a compartir las actividades con sus vecinos. A su vez, en cada torre, un espacio público en la parte superior viene a descubrir el último grado de intimidad entre los usuarios de los distintos edificios: el vecino de una de ellas invita al de la otra a su atalaya, a su finger, espacios descubiertos que se señalan unos a otros hablando de relaciones invisibles, como fumar, charlar, divagar o, simplemente, contemplar acompañado la ‘porción de cielo’ de cada uno.

En las fachadas de las viviendas, el aluminio extruido conformando lamas de protección solar y los prefabricados de hormigón adquieren una misma textura. Así, los lienzos transparentes y opacos aparecen indiferenciados: las ventanas no se perciben desde el exterior cuando están cerradas, y se deslizan llegando a abrirse de par en par.


Cliente Client

EMVISESA

Arquitectos Architects

José María De Lapuerta Montoya, Carlos Asensio Galvín, Paloma Campo Ruano

Colaboradores Collaborators

Mario Algarín Comino (arquitecto codirector de obra architect codirector of work); Jorge Romera Herrero (arquitecto jefe de proyecto main architect); Paula Martínez Abascal, Matán Sapir, Elena Tejeiro Medina, Sergio del Castillo, Dario Negueruela, Guillermo Sicre, Adrián Castiñeira (arquitectos architects)

Consultores Consultants

Grupo JG Sevilla, CALCONSA, CEMOSA,J.Antonio Angulo González

Contratista Contractor

ACCIONA, SA

Superficie construida Floor area

45.705 m² (25.639 sobre rasante above ground)

Presupuesto Budget

22.460.589 euros (PEM)

Fotos Photos

Fernando Alda