La incorporación de paisajes como elemento de construcción, en el sentido literal y en el figurativo, hace que el proyecto explore jerarquías y modelos sociales diferentes, tomando como referencia el pueblo medieval más que la ciudad moderna con sus bloques de viviendas. La superficie primaria se concibe como una mutación del paisaje y los tipos residenciales de pueblo: patios y veredas cubiertos de vegetación en enrejados que rodean viviendas de dos plantas. El programa consta de 141 viviendas de dos, tres y cuatro dormitorios en un total de 10.389 metros cuadrados de parcela. Las unidades se encuentran en el centro del complejo flanqueadas por un volumen bajo en un lado y otro de seis plantas más ático de una unidad de fondo (de 6,3 metros) por el otro, donde se encuentra el acceso. Un aparcamiento subterráneo libera al complejo del tráfico rodado y potencia un ambiente de ‘pueblo’ con estrechas calles peatonales. La importancia otorgada al paisaje culmina en un gran patio central público, que proporciona un área de 3.000 metros cuadrados de jardín abierto. El enrejado cubierto de vegetación protege las viviendas del caluroso verano madrileño. Como una alfombra, la vegetación trepa sobre los edificios más altos, sirviendo de refugio a sus habitantes... [+]