En el madrileño barrio de Sanchinarro se ha levantado un singular edificio de 146 viviendas sociales, concebido como una solución alternativa a la tipología tradicional de manzana cerrada. Se ha planteado como un sistema edificatorio con múltiples soluciones formales, inspirado en una celosía. Así, el edificio intercala treinta volúmenes construidos —en los que se ubican viviendas de uno, dos y tres dormitorios— con treinta espacios vacíos, entendidos como áreas comunes destinadas a fomentar la convivencia vecinal. Todas las unidades disponen de una ‘habitación’ añadida abierta al exterior. Dicha estancia, a modo de zaguán, resuelve el tránsito entre el patio de encuentro social y el ámbito privado de la vivienda.

El volumen edificado está ligeramente retranqueado respecto a la calle, generándose una estrecha franja en la que se dispone un talud vegetal. La planta baja aloja doce locales comerciales y seis portales de acceso a otras tantas escaleras. Seis soportales comunican el patio central con la calle a través de todas las fachadas, lo que garantiza el flujo y la integración de la vida ciudadana. El desnivel de las vías circundantes permite disponer entradas sin rampa al primer y segundo sótano donde se sitúan los garajes y los trasteros.

El innovador sistema de moldes empleado en la construcción abre nuevas posibilidades para levantar en poco tiempo un edificio de alta calidad a bajo coste. Todas las unidades se han resuelto con un solo molde de aluminio —concebido como la unidad base— y dos variaciones suplementarias. Además, el sistema en seco no genera escombros en obra, lo que garantiza una reducción considerable del gasto energético y un ahorro importante de material. El montaje en serie comenzó con un armado general, sobre el que se colocó el aislamiento de las fachadas y las instalaciones de electricidad, fontanería, telecomunicaciones y calefacción. A continuación se llevó a cabo el montaje del encofrado, de un aluminio ligero y de fácil manejo por los operarios. Y finalmente, tras el hormigonado en mesa —paredes y losa— con un hormigón muy fluido, se desencofró en apenas veinticuatro horas.

Por su parte, la eficiencia energética de los sistemas pasivos y las instalaciones se han cuidado especialmente. Los patios garantizan una ventilación cruzada en todas las viviendas, a través de dos o tres fachadas. Además se ha utilizado un sistema centralizado de calderas de bajo consumo en todo el edificio para reducir el gasto energético, que se combina con la instalación de paneles solares para la producción de agua caliente sanitaria.