En pleno corazón del casco histórico, este pequeño edificio de seis viviendas esconde tras su modesta apariencia un ambicioso planteamiento de construcción sostenible, y se integra de manera natural en el tejido urbano gracias su tamaño, la modulación de trazado vertical de los elementos de fachada, los balcones volados, los acabados y el cuerpo retranqueado de las plantas superiores.

Los materiales y sistemas utilizados buscan minimizar el impacto medioambiental de forma compatible con la viabilidad económica. Con cinco plantas de altura, su estructura y cerramientos a partir de la planta primera están construidos con paneles de madera contralaminada. Los paramentos exteriores se revisten con un revoco armado con tratamiento fotocatalítico, con capacidad descontaminante y resistente a la suciedad, sobre un aislamiento de lana mineral que complementa las ventajas de la madera y optimiza el comportamiento térmico y acústico. Estas y otras medidas adicionales permiten que el edificio suponga una huella de carbono negativa.

Bajo su tranquila apariencia, este edificio demuestra que la voluntad sostenible no está reñida con programas convencionales o presupuestos contenidos, y que es posible reducir el impacto ambiental sin hacer ostentación de las medidas de sostenibilidad...[+]