El proyecto para un pabellón deportivo situado en el recinto escolar San Ignacio de Loyola, en Alcalá de Henares debía dar respuesta a tres condicionantes de partida: un programa preciso (pista polideportiva de balonmano y baloncesto, gimnasio y vestuarios compatibles con el uso de las pistas exteriores), un presupuesto muy ajustado (un millón de euros), y un plazo de ejecución reducido (ocho meses para inaugurar el pabellón coincidiendo con el cincuenta aniversario del colegio).

El programa se resuelve por medio de dos espacios yuxtapuestos que componen la forma y el volumen del edificio; uno de mayor superficie y altura destinado a las pistas deportivas y otro de menor volumen, multiuso, cuya función principal es contener la sala de gimnasia. Este último mira hacia el colegio y mediante un cerramiento de grandes portones permite comunicar el gimnasio con el patio exterior transformándose en una prolongación cubierta del patio de juegos. Los vestuarios y aseos se disponen en un lateral, de manera que pueden ser utilizados tanto desde dentro del edificio como desde las canchas exteriores. Sobre los vestuarios se colocan las gradas.

El sistema constructivo debía responder a la rapidez de ejecución exigida, por lo que se optó por sistemas prefabricados que permitieron una rápida puesta en obra. La estructura de cubierta a base de cerchas ligeras de acero se realizó en taller. La estructura portante es de pilares metálicos sobre cimentación de hormigón. Los materiales utilizados en los cerramientos son chapa de acero ondulada prelacada en el zócalo inferior, paneles prefabricados de hormigón coloreado negro reproduciendo la onda de la chapa marcando la zona alta del edificio y policarbonato celular verde para los lucernarios, por tratarse de un material que proporciona una luz difusa óptima para la práctica deportiva. Los interiores se revisten de tableros de virutas orientadas (OSB) que proporcionan una mayor calidez, así como un mejor acondicionamiento acústico... [+]