La antigua sede del Banco Mercantil ocupa una manzana completa del ensanche de Santander. Es un proyecto de 1900 del arquitecto cántabro Casimiro Pérez de la Riva (1851-1934). El edificio estaba dividido horizontalmente en tres partes: una planta de semisótano con gruesos muros, dedicada a cajas de seguridad; la planta baja, que albergaba la sucursal bancaria; y tres plantas superiores destinadas a viviendas. Al edificio se accede desde el norte y el sur; desde la plaza Morena se accedía a la sucursal, y desde la calle del Medio a las viviendas. Actualmente, todas las plantas se destinan a uso bancario o de oficinas. El antiguo banco ha sufrido diversas transformaciones en el tiempo, pero ha mantenido la claridad de su estructura de pilares de fundición en torno al patio.

El objetivo del proyecto es dotar al edificio de un nuevo destino más unitario. Esto ha llevado a modificar la previa división horizontal y reforzar la verticalidad que permite el patio y la clara estructura de columnas de fundición que lo rodea. Así, el volumen queda unido verticalmente por un atrio, que se prolonga hacia abajo con la planta semisótano, y hacia arriba a través del resto de las plantas, hasta un nuevo espacio multifuncional. La transparencia es así máxima y permite comprender de una vez no solo cada planta, sino el edificio completo a través del atrio vertical.

En las plantas inferiores se instala una oficina modelo, que ofrece servicios y actividades muy distintos a los de una oficina convencional, tal como se entiende hoy en día, y contará con áreas para café, trabajo colaborativo y salas de reuniones.

Tanto la planta baja como la semisótano se vuelven accesibles desde las dos entradas del edificio, y se conectan entre sí a través de una nueva escalera ubicada dentro del patio central.

Por su parte, las plantas primera, segunda y tercera albergan oficinas de la delegación territorial del banco. En su mayoría son oficinas abiertas, sin asignación de puestos de trabajo y con una serie de despachos junto a la fachada sur. En la franja norte se concentran las comunicaciones, los servicios y la zona de instalaciones, liberando el resto de la planta.

El edificio se remata en cubierta con un espacio polivalente, siempre en torno al patio, que permite ser utilizado de muchas formas, como área de relax, espacio para charlas, presentaciones, etc. Esta planta puede ser utilizada tanto por el staff del banco como por sus clientes, y tiene acceso directo desde la calle del Medio. La terraza permite disfrutar de vistas y otorga sentido a los cuatro pequeños cenadores de las esquinas del edificio original.