Instituto de Farmacia Hospitalaria, Rossettiareal, Basilea
Herzog & de Meuron 

Instituto de Farmacia Hospitalaria, Rossettiareal, Basilea

Herzog & de Meuron 


El hospital del Cantón, en Basilea, es un agregado orgánico que en su acumulación de tipos constructivos y compositivos no revela una idea estructuradora de conjunto. Formando parte de una de sus manzanas discontinuas se levanta el centro farmacéutico que fabrica y surte de medicamentos a este complejo sanitario. Las nuevas dependencias se agrupan en un cuerpo exento cuyo frente principal se somete a las alineaciones de fachada de la calle. Condicionada en parte por la traza de unos sótanos existentes, la planta responde con sus apéndices a los incidentes del patio de manzana, intentando dar sentido a los espacios libres.

Una envolvente de vidrio serigrafiado desdibuja el prisma irregular resultante de la extrusión en altura de la planta. Como un halo transparente, esta piel serigrafiada con una trama de puntos verdes atrapa los treinta centímetros de aire que lo separan del límite térmico del edificio. Las perforaciones de las planchas de aluminio que protegen el aislante siguen una retícula de distinto paso que al superponerse con la de los puntos del vidrio y la formada por los vástagos de sujeción produce un efecto moaré, disminuyendo ópticamente el tamaño de lo construido. No se trata por tanto de un muro cortina que oculta unas oficinas al uso; aquí, los paños transparentes no se instalan para establecer una relación entre el interior y el exterior, sino para explotar sus cualidades ópticas sobre los materiales opacos. Dependiendo de la incidencia de la luz, el centro farmacéutico se presenta como un sólido compacto, espejo de los árboles que lo rodean, o como un cuerpo etéreo que revela las incidencias de su interior. Las ventanas que proporcionan a los despachos vistas del exterior taladran esta superficie tersa, mostrando las capas de las que consta. Un paño de hiedra artificial señala la entrada de personal y sirve de soporte para la vegetación que asciende por la fachada, en una alegoría visual de los procesos sintéticos mediante los cuales las plantas se transforman en medicamentos.

Los 10.000 metros cuadrados requeridos se reparten entre cuatro plantas sobre rasante y otras cuatro enterradas, que se dedican a almacén. Los entrantes y salientes del contorno segregan la entrada de personal de la de carga y ayudan a cualificar el uso de los espacios libres. Oficinas, laboratorios, salas de elaboración y empaquetado se distribuyen en torno a un patio central, cuyo fondo aparece cubierto por un estanque de algas que multiplica los reflejos vidriados de las fachadas, aludiendo de nuevo a esta síntesis de naturaleza y artificio en la que se resume el quehacer de la farmacia.[+][+]


Cliente Client
Baudepartement Kanton Basel-Stadt 

Arquitectos Architects
Jacques Herzog, Pierre de Meuron, Harry Gugger, Christine Binswanger 

Colaboradores Collaborators
M. Tinner, R. Bachmann, A. Boss, M. Gnehm, M. Haefelfinger, K. Kovarbasic, K. Omi, P. Tschumi, H. Vogt

Consultores Consultants
Walter, Mory, Meier (estructura structure); Emmer Pfenninger (fachada facade)

Fotos Photos
Margherita Spiluttini