Desde el comienzo, el deseo expreso del cliente fue que el nuevo centro REHAB no tuviese una apariencia de hospital. ¿Qué es un hospital? Ascensores, corredores interiores flanqueados por innumerables puertas de acceso a habitaciones y a salas de consulta, una sala de espera al final del vestíbulo. Y este mismo esquema repetido en tantas plantas como sea permitido por normativa.

Un centro de rehabilitación es un lugar donde una persona puede vivir hasta 18 meses, generalmente tras sufrir un accidente. Se trata de un edificio donde estas personas aprenden a manejarse en sus vidas alteradas. Tienen su propia rutina diaria, pero con la peculiaridad de que todo sucede en un mismo lugar. Precisamente porque los pacientes están tan limitados era esencial diseñar un edificio diversificado, multifuncional, casi como una pequeña ciudad con calles, plazas, jardines, espacios públicos, y zonas más retiradas, y en el cual esos pacientes pudieran tomar caminos diversos para desplazarse desde A hasta B. Este entorno debía facilitarles tanta autonomía como fuera posible.

El nuevo centro REHAB es un edificio horizontal de dos plantas, en el cual tanto quienes van en silla de ruedas como quienes van a pie se pueden mover con facilidad: las instalaciones médicas y terapéuticas se encuentran en la planta baja; las habitaciones de los pacientes en la primera.

El complejo se concibió desde dentro hacia fuera, como un conjunto de ‘casas’ relacionadas por calles y plazas; en lugar de una distribución de distintos elementos, los patios se sitúan en el interior de un gran rectángulo. Al edificio se accede a través de un espacio abierto, y desde el vestíbulo los patios interiores introducen luz natural y proporcionan orientación gracias a sus distintas calidades: uno está lleno de agua, otro revestido de madera, el siguiente aloja la piscina cubierta, etc.

Al acceder a las ‘casas’, uno se da cuenta de su carácter diverso. Así, los talleres, el gimnasio, o las habitaciones de los pacientes se abren con grandes huecos hacia el paisaje, generando una transición fluida entre exterior e interior. Otros espacios, como la piscina cubierta, se cierran al exterior y adoptan un carácter más íntimo.

Con un diseño diversificado, se han creado espacios a los cuales retirarse en busca de soledad, y otros más sociales en los que disfrutar de compañía. Por otro lado, también hay lugares sin una función específica, pequeños espacios para esperar entre sesiones de tratamiento, para conversar con amigos y parientes, y para que los empleados puedan tomarse un descanso en sus ratos libres.