Situado sobre el río Ij, en Amsterdam, el bloque residencial Silodam acoge 157 viviendas y locales comerciales, oficinas, talleres y espacios colectivos. Los diferentes usos se apilan en diez niveles elevados sobre el agua mediante una retícula estructural de pilares y muros de carga, creando un bloque compacto que evoca un gran barco atracado y cargado de contenedores de mercancías.

El silo se levanta al final de un muelle donde otras construcciones fabriles también fueron transformadas en viviendas con el fin de aportar densidad urbana a esta céntrica zona de la ciudad. Los espacios colectivos para los vecinos, que incluyen una marina de atraque para pequeños botes, un graderío y una terraza sobre el mar, explotan esta magnífica situación. El Silodam acoge una gran variedad de tipologías de vivienda para generar un contenedor intergeneracional y adaptarse mejor a la demanda del mercado; la articulación entre ellas se produce a través de distintas pasarelas, galerías y corredores que dan acceso a cada tipo de casa. Internamente, el bloque se divide en grupos de cuatro a ocho viviendas, conformando pequeñas unidades que se identifican por el color de su acceso y porque reciben un tratamiento similar en la fachada —desde chapa ondulada o madera de cedro hasta paneles de aluminio—.[+][+]