El puerto de Copenhague se ha convertido en un lugar idóneo para los nuevos desarrollos residenciales. Su caso no es aislado. Muchos antiguos puertos de Europa disfrutan de condiciones igualmente favorables para la inserción de estos nuevos usos: las excelentes vistas, la presencia del agua, la proximidad al centro de las ciudades y el carácter singular del emplazamiento hacen de estas intervenciones un éxito seguro. La reconversión de los edificios portuarios para albergar viviendas consigue combinar el estilo de vida moderno con el carácter industrial heredado, y hace que estas operaciones sean muy solicitadas.

La intervención de los Frøsilos en Copenhague no es una excepción, aunque se puede considerar como una actuación más radical. Al afrontar un proyecto de dos silos idénticos que se encuentran casi contiguos, el enfoque debe cambiar necesariamente. Mientras el almacén se puede ver como un edificio más o menos completo, que debe ser tratado someramente para no perder su encanto original, los silos están incompletos para su nuevo uso, pues no son más que una estructura desnuda

Es precisamente en las limitaciones estructurales del silo donde se halla la solución de la intervención. Hacer grandes aperturas en su cinturón de hormigón es complicado, y sólo se podría hacer en cantidad limitada. Si las viviendas se hubieran situado en el interior, su distribución habría estado muy condicionada, y no se podrían haber beneficiado ni de las vistas ni del aspecto más atractivo de su actual estado: su vacío interior.

Extrayendo del silo la superficie proyectada de viviendas se elimina el problema estructural. Con la suspensión de una piel de vidrio, que forma un ocho en torno a los dos cilindros de hormigón de los silos, se facilita el máximo de vistas posible y se consigue la mayor flexibilidad al colocar todos los elementos obstaculizadores en el interior del cilindro. Los ascensores, las tuberías, los conductos de instalaciones y las escaleras, que se han dispuesto de manera aleatoria en el vacío, convierten el silo en un pozo servidor, en un vacío cubierto y protegido con un techo de membrana plástica transparente que permite divisar el cielo.

El colgar las viviendas del exterior del silo permite asimismo crear espacios curvos continuos en los que se prescinde de muros estructurales, de modo que puedan ser personalizados por los diversos ocupantes. Bordeando la fachada de vidrio, se construye una ancha terraza continua, un espacio pensado para disfrutar de las privilegiadas vistas panorámicas que ofrece el puerto... [+]