Compuesto por 3.500 contenedores, el proyecto se concibe como un gran hangar situado junto al canal Nieuwe Maas, en el puerto de Schiemond, en Rotterdam. Los contenedores se usan como envolvente —suelo, muros y techo— de un espacio inmenso. Desde el punto de vista estructural, un conjunto de cables conecta las diferentes unidades entre sí y las somete a tensión, generando grandes vigas que salvan la luz del espacio diáfano interior. Este sistema permite enlazar quince cajas apiladas para construir los muros, de manera que el visitante está rodeado por contenedores en todas las direcciones. La intimidad de cada cubículo contrasta con la amplitud del área central, como si se tratara de una colmena gigante con 3.500 nichos donde se puede comer, dormir, ver una exposición o asistir a un espectáculo. El edificio da cabida, por tanto, a una gran variedad de usos como hoteles, bares, galerías, balnearios, salas de conferencias, espacios de reunión, talleres, escuelas o guarderías.

Mediante un sistema de raíles situado en zonas concretas, los contenedores pueden desplazarse fácilmente de manera que se crean grandes ventanas. El acceso a cada unidad se produce a través de una estructura complementaria formada por pasarelas, escaleras y ascensores.