Enclavada en un barrio de baja densidad a las afueras de una pequeña localidad situada a la orilla del río Tajo, se erige esta nueva dotación educativa cuya forma está determinada por dos condicionantes fundamentales: los requisitos funcionales del programa y el contexto urbano anónimo en que se asienta.

El encargo exigía la construcción de un edificio capaz de acomodar disintos usos —una escuela de primaria, un centro de ciencias biológicas y espacios para la comunidad—, a cada uno de los cuales se debía poder acceder de manera independiente. En segundo término, debido a su emplazamiento aislado y la ausencia de referencias de interés entre los edificios cercanos, se establece un perímetro cuadrado, autónomo y claro. En el interior de esta ‘fortaleza’ el programa se distribuye en una serie de volúmenes precisos de diferentes alturas y superficies, dando como resultado un perfil recortado que evoca las almenas del cercano Castillo de Almourol. A nivel funcional, los distintos usos se organizan en tres bandas independientes, con la escuela en la central, separadas por dos hileras de patios concatenados. Por su parte, para unificar el conjunto y dotarlo de un mayor grado de abstracción se aplica un acabado blanco, tanto en el interior como el exterior... [+]