Centro educativo en Chimundo
Bergen School of Architecture 

Centro educativo en Chimundo

Bergen School of Architecture 


Tras décadas de ayuda exterior, Mozambique se ha hecho completamente dependiente de ella. Esto produce un equilibrio desafortunado entre las expectativas de ayuda y el hecho de que estos ingresos pospongan las iniciativas propias de los nacionales. El fenómeno conocido como la ‘fatiga del donante’ ante la ambivalencia de los resultados de la cooperación ha dado lugar a una concepción de la ayuda como herramienta para que las poblaciones se hagan cargo de su propio futuro. Con estas ideas en mente, diecinueve estudiantes de la Escuela de Arquitectura de Bergen, conocida por sus métodos poco convencionales, hicieron un viaje a Mozambique con la vaga idea de construir un gallinero en Chimundo, que resultó estar ya terminado a su llegada. Tras un par de semanas de recogida de datos, los estudiantes decidieron construir un edificio que serviría como colegio para los niños acogidos por la congregación franciscana local, y como centro de formación por las tardes.

Con una estructura sencilla, el edificio consiste en una aula cerrada para impartir clases de informática y una abierta para la enseñanza del inglés. La primera es una sencilla habitación cuadrada cuyos sólidos muros aseguran los ordenadores que albergará frente a posibles robos. El uso de una estructura básica de hormigón armado permite emplear materiales baratos como relleno, y así las fachadas norte y este se levantaron con sacos de arena, mientras que las fachadas sur y oeste se componen de bloques de hormigón y cemento. La fachada sur, además, se horada con botellas de vidrio que dejan pasar la luz coloreada al interior y evitan la entrada de polvo, constituyendo una alternativa adecuada al alto coste de las ventanas convencionales.

El aula abierta se adosa a la cerrada, de la que se separa por una gran puerta corredera que facilita el uso de un espacio más amplio cuando así sea necesario. Por otro lado, se rodea de una envolvente ligera formada por bastidores de entramado de cañizo que pueden abrirse a voluntad hacia el entorno, permitiendo un uso flexible del espacio. La cubierta, por su parte, hace uso de voladizos para arrojar sombra sobre los muros y se eleva sobre una celosía ligera para mejorar la ventilación del conjunto. Construida con chapa ondulada de acero, interiormente se reviste con esteras de caña.

Después de esta experiencia, algunos alumnos han comenzado a planificar una ampliación, con el propósito de hacer realidad el sueño de la hermana Catarina, la impulsora del proyecto y cabeza de la congregación franciscana, de construir un orfanato y una escuela de formación profesional.


Cliente Client

Hermana Catarina

Estudiantes Students

Gøran Johansen, Stine Bjar, Silje Klepsvik, Larisa Sarajlija, Olafia Zoëga, Birgitte Haug, Tord Knapstad, Kristian Endresen, Anette M. Basso, Mathias Wijnen, Dan Paul Stavaru, Naeem Searle, Siri Nicholaisen, Maria Flores Adamsen, Monica Xiao, Irmelin Rose Fisch Vågen, Tale Marie Haaheim, Ina Bakka Sem-Olsen, Eirik Solheim Aakhus

Profesores Professors

Andrè Fontes, Sixten Rahlff

Organizador equipo Project team organizer

Bror Hansen

Fotos Photos

Ina Bakka Sem-Olsen, Tord Knapstad, Stine Bjar, Olafia Zoëga, Sixten Rahlff, Bror Hansen, Filipe Galvao (AidGlobal)