Casa Vázquez, San Miguel de Oya
José Bar Boo 

Casa Vázquez, San Miguel de Oya

José Bar Boo 


A pesar del relativo aislamiento geográfico de su actividad profesional, circunscrita al entorno de la ría de Vigo, la obra de Bar Boo dejó una fuerte impronta en los arquitectos gallegos de la siguiente generación. Fascinado por los trazados reguladores y la magia de las proporciones, plasmó sus investigaciones teóricas al respecto en la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, en Vigo, íntegramente basada en combinaciones y proyecciones de un triángulo. Construyó numerosas viviendas unifamiliares, destacando en su primera época la casa Ferro, de contenido racionalismo. Siguieron cuatro proyectos similares, entre los que sobresalen la residencia Ibáñez-Aldecoa y la casa Vázquez. Posteriormente evolucionó hacia una geometría de maclas espaciales cuyo paradigma sería la vivienda de Ana Mínguez. Aunque ciertas influencias wrightianas prevalecen en casi toda la obra residencial de Bar Boo, quizá sea en la casa Vázquez donde confluyen de forma más coherente. Una serie de cinco muros de carga constituye la estructura básica de esta vivienda, que se adapta a la topografía extendiendo su programa en tres planos distintos. Entrando desde la calle se encuentran el garaje y las piezas auxiliares, que enmarcan la zona de vestíbulo con la escalera de subida. Orientado al noroeste, el nivel intermedio alberga la cocina, el comedor y dos dormitorios con el baño; estas dependencias abren a una terraza ligeramente volada sobre el suelo, lo que acentúa el carácter escultórico del conjunto. En el lado opuesto, el pasillo interior que enlaza las habitaciones se ilumina indirectamente por medio de una franja de ventanas. La planta superior que mira hacia el mar acoge el estar que abarca dos crujías y el dormitorio principal, flanqueados por un amplio mirador. A la aparente fragilidad de la escalera exterior con sus peldaños volados y su delgada barandilla triangular se opone la solidez de la chimenea de mampostería concertada que ancla visualmente la edificación.

En toda la vivienda, frente a los recorridos transversales se contrapone la permeabilidad longitudinal, acentuada por las puertas correderas que abren a terrazas y los voladizos cubiertos por amplios aleros. Por otro lado, se refuerza el carácter estratificado y solapado de los tres niveles, lo que confiere al conjunto una gran fluidez y dinamismo; a ello contribuye tanto el llagueado de los perpiaños de granito o los largos antepechos como el aspecto de bandejas de los porches y miradores, y la prolongación en visera de las cubiertas...[+]