Casa Tornos, Torrelodones
Luis Cubillo 

Casa Tornos, Torrelodones

Luis Cubillo 


Los pobaldos dirigidos representaron en la España de mediados de los años cincuenta un brillante experimento arquitectónico y social a cuya realización se vinculó un grupo de jóvenes profesionales —respaldados por unos gestores eficaces y estimulados por la participación vecinal—, con el afán común de erradicar el chabolismo de la periferia madrileña. En este marco se forjó la personalidad emprendedora de Luis Cubillo, quien —formando equipo con Oíza, Romany y Sierra— construyó el poblado dirigido de Canillas y la unidad vecinal de Erillas, y, en solitario, las actuaciones de Puerta Bonita y Vallecas. Por imperativos económicos, se establecieron unos principios de austeridad formal y de composición a base de crujías en una estricta modulación en planta, lo que fomentó en Cubillo un hábito disciplinar riguroso que prevalece incluso en la vivienda de Torrelodones, cuyo esquema distributivo parece el levantamiento de un organigrama funcional, con las zonas diurnas y nocturnas claramente separadas.

Encaramada en la loma de un encinar, dominando la planicie y con vistas laterales a la sierra, a la casa de Torrelodones se accede a través de un atrio cortavientos que da paso al recibidor. Un cuerpo en L alberga la zona comunitaria, con las piezas del estar —y subiendo dos escalones para diferenciar los ámbitos—, el comedor y la cocina-office, además de la estancia del servicio. Solapada con la pieza anterior, el ala de dormitorios abre a un balcón corrido de madera, mirador abierto al horizonte que vuela sobre las viguetas prefabricadas que apoyan en la estructura de muros de carga. En el testero de la alcoba de los padres, otro voladizo descansa sobre un delgado soporte tubular en forma de V, amortiguando así la rotundidad monolítica de la silueta de la edificación. Alrededor de la vivienda se produce una adaptación gradual a la topografía por medio de parapetos y solados parciales sobre la roca maciza, que prolongan al exterior el espacio vividero.

La separación entre viguetas establece el ritmo elemental de las ventanas, carpinterías y barandillas, mientras la medida básica de 3 metros define las dimensiones de los aposentos. En sentido longitudinal se adosan dos bandas de 4,5 metros, lo que equivale en total a tres módulos. Para los paramentos exteriores se utilizaron muros de mampostería concertada de apariencia basta que mimetizan con el terreno y que alternan con lienzos enfoscados y encalados, mientras que la cubierta es un forjado cerámico rematado con planchas de uralita...[+]