La Maison de Vene por excelencia es la casa que Chareau y Bijvoet acondicionaron para el doctor Dalsace en el París de entreguerras. La acondicionaron; no la construyeron de nueva planta, sino que remodelaron parte de un inmueble metido dentro de un patio de la rive gauche. A pesar de ello, ese fantástico interior y su fachada —al patio— de pavés se convirtieron en una de las obras maestras de la modernidad. No es pues raro que el arquitecto se acuerde de ello al realizar la remodelación de esta pequeña casa de una hilera; un chalé adosado, como se dice.

Como todos los de su tipo, tiene una moderada proporción de fachada y volumen. Ahora la planta baja se convierte en un solo y generoso espacio, que el propietario quiere iluminar al máximo. Así pues, el proyecto sustituye el cerramiento de la casa por una nueva superficie de vidrio. Como en su antecedente, la pared de vidrio ceñido de metal llega de arriba abajo. Un espacio de doble altura se abre inmediatamente detrás de ella y acoge la escalera, trazada con ligereza para dejar paso a la luz.

La fachada se torna así una gran claraboya más que ventana: el interior queda detrás del encaje de pavés y metal.

A los lados y por arriba, la teja y el ladrillo de las casitas enmarcan esta fachada intrusa y brillante, que tendrá que protegerse con árboles del sol poniente madrileño, que no es precisamente el del patio de la Rué Saint-Guillaume.

Juan Daniel Fullaondo es arquitecto y profesor de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid. M.a Jesús Muñoz es arquitecto...[+]