Este conjunto residencial del Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB) se sitúa en el antiguo barrio textil de la Marina del Prat Vermell, establecido a mediados del siglo XIX detrás de la montaña de Montjuic. Aquí se teñían y secaban los tejidos sobre los prados, lo que le dio el nombre Marina del Prat Vermell, es decir, la Marina del Prado Rojo.

El desarrollo con una superficie de 7.670 metros cuadrados responde a la geometría de la parcela triangular donde emerge, formada por las calles Ulldecona, Cal Cisó y Pontils. Sin sacrificar la claridad y la racionalidad tipológica de la vivienda, los tres vértices del terreno se mantienen como esquinas cerradas, sin chaflanes.

El triángulo está fragmentado con tres pasajes orientados de norte a sur, generando cinco volúmenes con viviendas sociales de dos habitaciones, que garantizan la ventilación y las dos horas de exposición solar, requeridas por la normativa entre las 10 h y las 14 h.

La posición del observador determina la percepción del conjunto: desde las esquinas este y oeste, se percibe como un bloque unitario con grietas, mientras que desde la fachada sur se observan cinco volúmenes, que permiten el paso del sol al mediodía a través de los pasajes, eludiendo una fachada continua de 92 metros.

La selección de materiales, que combina elementos prefabricados, busca minimizar la huella de carbono del edificio mediante la utilización de componentes más ligeros, evitando la excavación en suelos industriales contaminados. Las fachadas alternan franjas verticales de vidrio y hormigón de color rojo y 17 mm de espesor, que evocan los pliegues de las telas secándose sobre el prado. Transportados y colocados con sus bastidores metálicos de 120 mm, están aislados en su cara interior para proporcionar una baja transmitancia térmica: 0.24 W/m2K. La estructura de hormigón armado utiliza el sistema Bubble-Deck —compuesto por cuerpos cilíndricos de PVC reciclado— para reducir el peso de los forjados en un 35% y crear los voladizos necesarios para adaptarse a la geometría del solar.

Las cubiertas contienen una planta de producción solar fotovoltaica compartida y vegetación. Además, se introducen parterres a lo largo de los pasajes de acceso con una plantación de especies con floración roja

El complejo con un bajo consumo energético, así como de calefacción y refrigeración, resultó ganador del premio 2023 Architecture Masterprize en la categoría Social Housing.