El proyecto consiste en la reconversión de tres naves industriales en un Centro de Salud Mental y Drogodependencias. Las tres naves, de crujía paralela a la calle, fueron construidas a principios de siglo XX con muros perimetrales portantes de ladrillo macizo, pilares de hierro fundido y forjados compuestos de vigas metálicas en celosía y viguetas de madera con entrevigado de revoltón cerámico.

La primera intervención unifica los tres volúmenes en un solo espacio; para ello se derriban los muros que los separan, dejando libres los pilares centrales de hierro fundido y manteniendo todos los elementos estructurales.

Todos los espacios del centro se construyen con unos elementos prefabricados de hormigón que enmarcan una superficie de vidrio. Se utilizan dos tipos de elementos para construir estos muros interiores, de formas cuadradas y rectangulares. Estas piezas prefabricadas, que se habían dejado de producir hace años, se utilizaban antiguamente como ventanas en la arquitectura agrícola e industrial. Su uso ha implicado la recuperación de los moldes y su vuelta a la producción. El espacio interior de las piezas se cierra con una superficie de cristal, con distintos grados de transparencia según la necesidad de mayor o menor privacidad. Si bien en general los espacios disponen de techo construido con una losa de hormigón, algunos se cierran en la parte superior con la misma celosía. A partir de su uso se consigue un grado de transparencia en toda la planta, de manera que todos los espacios se relacionan.

La idea de ventana como elemento que define el proyecto se expande en las cubiertas a dos aguas existentes en forma de grandes aperturas hacia el cielo. Estas ventanas-lucernario se construyen como habitaciones suspendidas capaces de iluminar todo el nivel superior de forma generosa. La misma escalera desarrolla la idea de habitación-lucernario. Los requerimientos de aislamiento acústico así como de sectorización sugirieron la construcción de este espacio singular de acceso en forma de espacio lucernario que se pone en relación con el correspondiente espacio homónimo en la cubierta. Si bien los cerramientos verticales se construyen con los elementos de hormigón y vidrio, los pavimentos de hormigón pulido incorporan unas alfombras de mosaico hidráulico reciclado. El resto de elementos de mobiliario y cerramiento son de madera reciclada.

El exterior recupera la idea de ‘ventana dentro de la ventana’, e incorpora esos mismos elementos prefabricados en el interior de los huecos existentes, extendiendo esta geometría al resto de la superficie de la fachada en forma de grafiti...[+]