Viviendas sociales en Lérida
Coll-LeclercEn el barrio de Pardinyes, situado en una zona antigua de Lérida cuyo carácter rural fue desapareciendo desde mediados del siglo pasado, tornándose marcadamente residencial a partir de la década de 1990, se levanta este edificio de 44 viviendas sociales en régimen de alquiler. Su parcela se encuentra próxima a la estación de tren y al Parque de la Mitjana, el más grande de la ciudad. Hacia la calle, el aspecto rotundo del edificio se ve diluido por la utilización de un patrón que alterna los huecos y los llenos en los distintos niveles, y por la elección de los materiales.
En el patio de manzana el edificio ofrece su fachada más vivaz. El uso del color y de un patrón aparentemente aleatorio consigue un efecto de gran dinamismo, que se acentúa con el ir y venir de las pasarelas de acceso.
Junto al uso desenfadado del color en el vidrio de los antepechos y en el interior de los patios, el empleo de un revestimiento de chapa ondulada, colocada vertical entre huecos y horizontal entre dintel y pavimento, consigue un aspecto vibrante y mudable a lo largo de los días y las estaciones. Por su parte, hacia el patio, las viviendas presentan un aspecto más abierto, animado por el movimiento en las pasarelas y por el dinamismo cromático y geométrico de las fachadas.
Debido a lo estricto de las condiciones de soleamiento requeridas por el programa, se optó por articular el edificio en dos bloques separados que forman una L, en cuyo vértice se sitúa el vestíbulo y el núcleo de comunicaciones común. En los tres niveles superiores, la pasarela exterior da acceso a las viviendas, y es este tipo de acceso el que permite disfrutar de ventilación cruzada en todas ellas.
La vivienda tipo tiene 60 metros cuadrados distribuidos de manera que los usos se puedan adaptar con extrema facilidad a las necesidades del usuario, aprovechando las distintas condiciones de cada orientación en cada época del año. Mientras que la franja central contiene las instalaciones y por tanto los espacios fijos de baño y cocina, los espacios de estar y los dormitorios, pegados a las fachadas, poseen un carácter neutro que permite usarlos de manera diversa en el tiempo.
A la fluidez del espacio interior contribuye la inexistencia de pilares, que se consigue mediante la utilización de una estructura de pilares y jácenas de hormigón paralelas a fachada sobre las que apoyan las placas alveolares de 45 centímetros, que cubren once metros de luz. La vivienda se abre al exterior, tanto a la calle como a la pasarela de acceso, mediante dos patios que facilitan un mejor control de las condiciones térmicas del interior, así como la obstaculización de las miradas intrusas. En el flanco de acceso, el patio de transición se separa de la pasarela con una puerta corredera de aluminio, y un panel de policarbonato verde actúa como un segundo filtro de protección de la entrada frente a los rigores del clima.
En los dos tipos de vivienda existentes el interior se distribuye como un amplio espacio fluido sobre el que se articulan dos piezas que pueden recibir el uso de habitación o formar parte del espacio común.
La chapa minionda da una vibracion a la fachada exterior que varía según la incidencia solar. Se ha colocado en vertical para dar una apariencia de ligereza, y en horizontal para unificar el orden aleatorio de los huecos.
Cliente Client
Instituto Catalán del Suelo
Arquitectos Architects
Jaime Coll, Judith Leclerc
Colaboradores Collaborators
Narcís Font, Cristian Vivas
Consultores Consultants
Guillén González (estructura structure); RC-Gustavo Crespo (instalaciones mechanical engineering)
Contratista Contractor
OBRUM
Fotos Photos
José Hevia