Las viviendas se sitúan en una zona de expansión de la ciudad de Vitoria hacia el oeste, en el polígono de Zabalgana. En la parcela se desarrolla un bloque orientado al este y al oeste en sus frentes más largos en el que se da cabida a 65 viviendas repartidas en tres portales de cuatro y cinco viviendas por rellano. El tratamiento formal del volumen no responde a la voluntad del planeamiento de volcar el bloque en forma de U a un espacio interior, sino que opta mostrarse vivo y sensible a las condiciones de su entorno por medio del modelado de cada fachada de acuerdo con su orientación.

En los lados abiertos al norte el volumen se conforma duro y recto, animado por las líneas quebradas de la cornisa y las distintas inclinaciones de la cubierta que proporcionan cambios de tonalidad en el cerramiento y contrastan con la homogeneidad de los planos bañados por la luz septentrional. Al este y al oeste se dibuja un contorno sinuoso que vibra con la iluminación solar; por último las fachadas se abren al sur con terrazas de madera que pretenden ofrecer un contrapunto cálido al material elegido para el resto de cerramientos: chapa minionda de acero lacada. Ésta se coloca en vertical permitiendo, por una parte, una limpia evacuación del agua y por otra, expresar levedad en el diseño del revestimiento que, además de tratarse de una delgada barrera al exterior, recibe el tratamiento de una gruesa tela plegada. Esta estrategia, junto con la decisión de centralizar los núcleos húmedos, contribuyendo al orden y a la claridad en la configuración de la planta, rememoran el pasado industrial de Vitoria.

Los portales se tratan como espacios-zaguán, más vinculados al exterior que al interior, tanto en la elección de los materiales —baldosa de hormigón idéntica a la de la urbanización y madera barnizada a poro abierto en puertas y marcos—, como en las relaciones con el entorno, abriendo visuales a la calle a través de grandes paños de vidrio.

Para lograr un equilibrio razonable entre los sistemas constructivos y las instalaciones que ayude a favorecer el ahorro energético y su eficacia real sobre el gasto en calefacción o su influencia sobre el confort, se realizó un estudio térmico a través de la simulación virtual del edificio bajo distintos supuestos. La comparación del coste de cada una de las variantes estudiadas con su contribución en la mejora energética del total del edificio posibilitó la elección de aquellas soluciones más eficaces, aportando a su vez conclusiones aplicables a otros proyectos. El bloque, estratégicamente orientado, cuenta con una capa de aislamiento de lana de roca de 80 milímetros continua sobre toda la fachada, incluidos los vuelos de las terrazas. Esta eficaz protección se apoya con un eficiente sistema de producción de agua caliente y calefacción que cuenta con calderas de condensación y de baja temperatura... [+]