En el año 2005, el Ayuntamiento de Berlín convocó un concurso para definir la volumetría y las ordenanzas de la manzana comprendida entre la Schinkelplatz, la Strasse an der Kommandantur, la Niederlagstrasse y la plazuela configurada por dos proyectos de Schinkel, la Friedrichswerdersche Kirche y la Bauakademie, y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Resultó vencedor el arquitecto Theo Brenner y, de acuerdo con su proyecto, se adjudicó el desarrollo de la citada manzana a la compañía Frankonia, con el compromiso de convocar otros concursos de arquitectura para llevar a cabo los distintos edificios que la compondrían. El proyecto que aquí se presenta resultó vencedor en el convocado en el año 2013 para los edificios que hacían acto de presencia en el ámbito comprendido entre la Friedrichswerdersche Kirche, la Bauakademie y el Ministerio de Asuntos Exteriores.

La Friedrichswerdersche Kirche y la Bauakademie exigen un respeto al que no puede ser ajeno el arquitecto que actúe en tan destacado lugar, es un ineludible punto de partida. La propia fragmentación del área del concurso así lo manifiesta, al estar asociada a una arquitectura doméstica y por ello bien distinta de la condición monumental de la arquitectura schinkeliana. Subrayar esta condición fragmentada es uno de los objetivos de este proyecto, que cuenta con dos piezas: una que se orienta hacia la Bauakademie, y otra que mira hacia la plaza. Esta fragmentación del volumen supuso resolver de manera adecuada el encuentro y la transición con los edificios preexistentes mediante articulaciones basadas en intervalos verticales. La fragmentación aparece también en la cubierta, anticipada por la logia con la que se coronan los volúmenes, elemento que da continuidad visual al conjunto y que se convierte en leitmotiv formal de la propuesta. Por su parte, los zócalos mantienen la doble altura en el encuentro con las casas medianeras.

La paleta de materiales —estucos de distintos colores— contribuye a que los nuevos edificios se integren en la fábrica urbana. Los tonos más claros se utilizan en las cotas altas de los paramentos, que se coronan con un remate de hormigón o piedra natural con el que se da continuidad a la logia. El acabado de estuco claro se lleva también a los espacios interiores, mientras que en los zócalos y guarniciones verticales, así como en las pilastras, se hace uso de un tono más oscuro. En cuanto a los huecos, tienen una presencia predominante en el edificio. Abiertos de suelo a techo, y resueltos con carpinterías de madera pintadas en tonos claros, dotan a la fachada de un ritmo tan contenido como diverso...[+][+]