Zocos de Beirut

Rafael Moneo 


Cuatro años después de la convocatoria de un concurso que no dio pie a ninguna propuesta definitiva, Solidère —la sociedad que promueve la recuperación y revitalización del centro de Beirut, fuertemente dañado durante la guerra civil— encargó al estudio en 1996 la reconstrucción de los souks, los históricos zocos de la ciudad, con la premisa de que el nuevo edificio se concibiese en relación con su entorno. Se buscaba una nueva identidad indisociable del pasado de Beirut y particularmente de un enclave que, dada su posición estratégica en la ciudad, siempre fue importante a lo largo de la historia, desde el asentamiento fenicio hasta el reciente pasado colonial francés, pasando por los periodos helénico, romano, bizantino, árabe, mameluco y otomano.

La respuesta arquitectónica pretendió así crear una estructura que volviese a dar al lugar su consuetudinaria importancia, pero que, habida cuenta del programa contemporáneo que debía atenderse, fuera también flexible, de manera que pudiera dividirse y organizarse con facilidad para propiciar la ocupación del espacio por los comerciantes.

El proyecto, por otro lado, respetó casi literalmente el tejido de la ciudad. Se mantuvieron los zocos principales en su ubicación anterior a la guerra y se recrearon sus respectivas dimensiones y funciones, pero con un nuevo lenguaje. De este modo, se llegó a una planta en la que los zocos se configuran adoptando una estructura de pasajes cubiertos, a modo de espinas dorsales con los elementos resistentes dispuestos en directrices perpendiculares a las calles interiores. Además, se reforzó la relación con la trama urbana, en especial la conexión con las calles circundantes, de suerte y manera que los zocos pudieran mantener su carácter permeable; una cualidad que siempre ha distinguido a los souks de Beirut de otros no menos importantes pero más cerrados, como los de Aleppo o Estambul. La pendiente es también uno de los rasgos característicos del proyecto, como lo había sido también en los antiguos zocos.

Desde el punto de vista constructivo, la textura espigada del aplacado pétreo de los muros de bloque de hormigón se extiende a toda la fábrica urbana, para dotar al nuevo conjunto de la unidad necesaria y subrayar el carácter alegre de este lugar único de encuentro, situado en el centro de la ciudad. Los zocos, asimismo, se dotaron de todos aquellos elementos genéricos —muros, cubiertas, lucernarios, lámparas— que, combinados entre sí, crean una atmósfera arquitectónica propia y que evoca el contexto...[+][+]


Cliente Client
Solidère

Arquitecto Architect
Rafael Moneo 

Colaboradores Collaborators
Hayden Salter, Juan Hevia (arquitectos a cargo del proyecto project architects); Hashim Sarkis, Dima Khairallah, Christoph Schmid, Sigrid Geerling, Cristobal Roig; Tania Urvois; Samir Khairallah and Partners (arquitectos asociados associated architects)

Dirección de obraConstruction supervision
Rafael Moneo, Juan Hevia, Samir Khairallah & Partner 

Consultores Consultants
Samir Khairallah & Partners, Nasr&Khalaf (ingeniería engineering); Juan de Dios Hernández & Jesús Rey (maqueta model)

Contratista Contractor
ACC

SuperficieFloor area
45.000m² (sobre rasante above street level)

Fotos Photos
Duccio Malagamba, Solidère