Museo San Telmo: en el límite urbano, San Sebastián
Nieto Sobejano Arquitectos 

Museo San Telmo: en el límite urbano, San Sebastián

Nieto Sobejano Arquitectos 


En el corazón de todo proyecto arquitectónico anida el reconocimiento del límite como concepto que determina su configuración espacial y formal. Que la materialización de ese límite se manifieste de un modo nítido o difuso, con dureza o suavidad, expresando levedad o peso, no es una decisión sin importancia, puesto que refleja en sí misma una toma de postura ante las múltiples discontinuidades a las que se enfrentan las ciudades contemporáneas. En pocos casos esas discontinuidades se yuxtaponen de manera tan clara y no obstante armoniosa como en en la franja de encuentro entre el Monte Urgull y la Parte Vieja de San Sebastián: entre la naturaleza y la ciudad; el plano horizontal y la elevación topográfica; la tierra y el mar; los edificios históricos y las construcciones actuales. Tal vez por esa razón el proyecto de rehabilitación y ampliación del Museo San Telmo, ubicado en la confluencia del paisaje natural y el paisaje urbano, exigiera no solo una adecuación funcional y volumétrica al programa y al lugar, sino ante todo una respuesta arquitectónica consciente de la propia condición fronteriza del emplazamiento. Este planteamiento alberga sin embargo una contradicción: el límite físico tiende a expresar su autonomía respecto a un entorno en el que el edificio paradójicamente también pretende integrarse. Nuestra respuesta ante esta disyuntiva queda representada por la imagen de un largo muro quebrado —habitado en su interior— cuyo trazado evoca la geometría distorsionada que adoptan el claustro y los cercanos bastiones militares en su encuentro con el monte. Como manifestación de una nueva discontinuidad el edificio/muro expresa la doble oposición —naturaleza/artificio, sensibilidad contemporánea/registro histórico— que late en el proyecto. El antiguo convento dominico de San Telmo, construido a mediados del siglo XVI, había sufrido con el paso de los años múltiples modificaciones, en la última de las cuales, al ser transformado en museo en 1932, se añadieron nuevos cuerpos hacia la plaza Zuloaga y hacia el monte, ocultando de ese modo la fachada lateral del templo. Nuestra propuesta planteó la demolición de aquellos anexos adosados a la arquitectura original —con la excepción del que da frente a la plaza, ya consolidado en la memoria urbana— así como la restauración del claustro, la iglesia, la torre y las capillas, los elementos de mayor valor del edificio histórico. La nueva ampliación incorpora las áreas comunes de uso público del museo: vestíbulo, salón de actos, tienda, biblioteca, salas didácticas, áreas de almacenamiento y de servicio. El volumen longitudinal y estrecho, situado entre el monte y las capillas existentes, alberga salas expositivas cuya disposición paralela a la nave de la iglesia refleja un diálogo figurado entre espacios arquitectónicos de diferentes épocas, escala y materialidad.

El nuevo edificio/muro formaliza la idea que acaba dando sentido a todos y cada uno de los aspectos materiales y conceptuales del proyecto: sus quiebros y cambios de dirección contribuyen a resolver el ascenso peatonal al monte Urgull por medio de una amplia escalinata, configuran espacios de exposición al aire libre, y definen la nueva imagen urbana del museo. Como expresión de la dualidad naturaleza/artificio que impregna la propuesta, el edificio se materializa en una piel metálica perforada que admite en determinadas zonas el crecimiento de especies vegetales comunes en los acantilados de la costa cercana. Esta pantalla o celosía, desarrollada en colaboración con los artistas Leopoldo Ferrán y Agustina Otero a partir de un juego combinatorio de piezas de fundición de aluminio expresamente concebidas para esta ocasión, se transforma así en una insólita intervención que reconoce el papel de la arquitectura en relación al arte público. La nueva ampliación del Museo San Telmo modificará su aspecto en el transcurso de las estaciones, integrándose en la vegetación del Monte Urgull o manifestando su autonomía en un largo y quebrado muro inacabado: inesperada metáfora del impreciso límite donde la arquitectura y la ciudad se encuentran con el paisaje.


Obra Work

Museo San Telmo

Cliente Client

Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián

Arquitectos Architects

Fuensanta Nieto, Enrique Sobejano

Intervención Artística en Fachada Facade Art Intervention

Leopoldo Ferrán y Agustina Otero

Colaboradores Collaborators

Miguel Ubarrechena (arquitecto de proyecto project architect); Stephen Belton. Juan Carlos Redondo, Pedro Guedes, Joachim Kraft, Alexandra Sobral (equipo team); Fuensanta Nieto, Enrique Sobejano (dirección de obra site supervision); Miguel Mesas Izquierdo (aparejador quantity surveyor); Nieto Sobejano Arquitectos, Juan de Dios Hernández, Jesús Rey (maquetas models)

Consultores Consultants

NB35 (estructura structure); R.Úrculo Ingenieros Consultores (instalaciones mechanical engineering); 3i Ingeniería Industrial (protección contra incendios fire prevention systems)

Contratista Contractor

UTE Amenabar/Moyua

Fotos Photos

Fernando Alda; Roland Halbe; Aurofoto

Fechas Dates

2005 (concurso competition)

2006 (proyecto project)

2007-2011 (construcción construction)