Se accede al Palacio de Congresos El Greco desde una plazuela situada al costado de la calle de las Armas, que lleva a la plaza de Zocodover. Desde allí se disfruta de una magnífica vista sobre el Hospital Tavera y el río Tajo.

El edificio ocupa el lugar de un antiguo aparcamiento hoy demolido, pues se entendió que tan valiosa localización merecía un uso más intenso, dada la escasez de suelo en el centro histórico. Esta decisión explica que, tras el lienzo de muralla, el edificio acogiera un amplio programa: las tres plantas más altas recogen todas las funciones sociales del programa, que van desde un salón de plenos/auditorio con capacidad para 1.000 personas hasta una sala polivalente para 500 personas, pasando por otras cuatro salas flexibles y una sala de banquetes para 600 comensales.

Al auditorio, en cuanto pieza principal del edificio, se puede acceder desde cada una de las plantas del centro de congresos. Todos los servicios que estos usos implican están ubicados en una planta destinada a las infraestructuras, que comunica directamente con el escenario y alberga los camerinos, y a la que pueden los camiones a nivel desde la calle Gerardo Lobo. El resto de plantas se destinan a un aparcamiento con capacidad para 589 vehículos. El fondo del solar hizo posible un esquema de aparcamiento claro en el que se establece una vía de rodadura horizontal con plazas a uno y otro lado, y otra vía de rodadura descendente que permite el aparcamiento en una banda y que hace posible conectar, mediante una suave pendiente, los forjados horizontales. El acceso al aparcamiento se produce en el nivel más alto, en tanto que las salidas se producen en los niveles inferiores, aprovechando las diferencias de cotas de la Gerardo Lobo. Así, mientras que desde la cota más alta de esta se accede al aparcamiento, desde la cota media y la más baja se sale del mismo.

Los elementos del programa descritos se estructuran mediante dos sistemas de comunicación vertical y un sistema de escaleras mecánicas que se unen en la fachada norte para facilitar el acceso al centro de la ciudad desde la Antequeruela y la estación.

Por su ubicación singular y su manera de adaptarse tanto a la topografía como a la paleta material y cromática de Toledo, el Palacio de Congresos pretende ser una nueva puerta de acceso a la ciudad. Una puerta que recupera asimismo el desaparecido paseo del Miradero, convertido ahora en una plataforma ajardinada sobre la que se dibujan los perfiles históricos del Hospital de Santa Cruz, del Museo de Santa Fe y del Alcázar.

Alzado principal

Sección longitudinal por salas y auditorio

Sección por auditorio