El concurso del que es fruto este proyecto exigía en sus bases la construcción de un contenedor genérico cuyos interiores se mantuvieran todo el año entre los 18 y los 25º C de temperatura. La propuesta consistió en modificar el planteamiento inicial, haciendo del clima el argumento del edificio mediante una estrategia más amplia: la creación de un espacio fragmentado, definido por las transiciones controladas entre sus partes y extendido a un nuevo parque que permite aprovechar in situ los materiales producidos por el movimiento de tierras.

Construido en varias fases - la última terminará en 2019-, el proyecto ha consistido en la creación de una infraestructura capaz de crecer y de responder de manera pasiva a las condiciones del clima del entorno. 

El resultado es una topografía que se recorre a lo largo de una especie de paseo climático que va desde una gran terraza soleada hasta una vaguada sombría donde se ha plantado vegetación autóctona que contribuye a regular de manera pasiva las condiciones ambientales.

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En el empeño medioambiental del proyecto, la manipulación de la topografía —la tierra— se acompaña con otras estrategias que tienen que ver con el agua (control de la humedad y reciclaje), el aire (brisa cálida en la terraza y fresca en la vaguada) y el fuego (gestión de la radiación solar a lo largo del año).

Spring

Summer

Autumn

Winter

Todo ello se traduce en un conjunto de carácter abierto y cívico, cuya apariencia se define por la intencionada rudeza de sus materiales: losas de hormigón armado, perfiles y armaduras vistos de acero, tablones reciclados de madera y pavimentos de grava.