Vo Trong Nghia se propone hacer el mundo mejor, y aborda esa tarea titánica en sintonía con la naturaleza. Con la ambición humilde de quien no se resigna a que el tsunami de la urbanización y la prosperidad destruya los paisajes esenciales de su país, el arquitecto formado en Japón eligió volver a Vietnam para proyectar formas sosegadas que dialogan con el entorno vegetal, pabellones de geometría exacta e inspiración vernácula, y estructuras livianas donde el bambú sustituye al acero con ventaja. La belleza táctil, el ingenio constructivo y la elegancia elemental de estas arquitecturas contemporáneas y eternas no podía sino seducir a clientes y a críticos, pero el deslumbrante atractivo de las obras primeras ha hecho más difícil percibir el testarudo compromiso de su autor con la salud del planeta y con la salvaguarda de un mundo natural amenazado por una modernidad inclemente.

Evitando ser encasillado como un estudio especialista en construcciones sofisticadas de bambú —pese a haber levantado muchas excelentes, y pese también a estar asociado con una empresa que se dedica precisamente a eso—, el formado por Vo Trong Nghia, VTN Architects, ha explorado caminos muy diversos en las formas y en las técnicas, pero unidos todos por el común empeño en la sostenibilidad y en el protagonismo de la vegetación, que en realizaciones como el Farming Kindergarten alcanza a reconciliar las funciones educativas de una escuela infantil con la explotación agraria de sus cubiertas verdes, y hacerlo enmadejando su forma para expresar simbólicamente la interrelación entre el medio natural y el universo humano, de suerte que la imagen ensortijada o enredada de su planta se convierte en un emblema de la armonía íntima preconizada por el arquitecto.

Esa meditación introspectiva no es sin embargo ensimismada, porque la agenda social de la oficina reclama una proyección exterior humanitaria, cristalizada en diferentes prototipos experimentales de viviendas sencillas y baratas que pueden ayudar a resolver el problema del alojamiento en entornos precarios, o bien las necesidades de albergue provisional para refugiados o víctimas de catástrofes. Convertido en el arquitecto más reconocido de Vietnam, y con despachos en sus dos metrópolis, Hanói y Ciudad Ho Chi Minh, Vo Trong Nghia es una figura de referencia para las generaciones más jóvenes, y ello tanto por sus logros construidos como por su ética cívica, que entiende la arquitectura como una profesión al servicio de la sociedad y en comunión con la naturaleza: si el mundo ha de ser mejor, seguramente sólo puede lograrse a través de la práctica de esa virtud verde.



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