Territorios de la infancia
Fantasía y subjetividad en el proyecto escolar
Como muestra Bertrand Tavernier en la película Ça commence aujourd’hui, la escuela ya no es sólo el lugar para la alfabetización sino para la formación del niño en el sentido más amplio y para la interacción social; interacción demandada por los cambios en la configuración de las familias, por la desaparición de la escala del barrio habitable, o por la dureza de la calle, que reduce las posibilidades del juego tradicional. Deseamos acercarnos a la infancia que narra poéticamente el film Le ballon rouge, de Albert Lamorisse, donde la ciudad en su conjunto es un territorio de juegos, que rescata la necesaria continuidad entre vida, juego y aprendizaje en el niño.
La escuela infantil, especialmente en la etapa de cero a tres años, se diferencia netamente de los ciclos educativos posteriores. En esta temprana edad encontramos grandes necesidades a atender: los niños tienen más necesidad de espacio libre para gatear, andar, trepar o saltar, más necesidad de espacio exterior donde sentir el sol, el aire o el viento, más necesidad de espacio lúdico donde soñar, descubrir o experimentar y más necesidad también de espacio colectivo, para participar de lo común, iniciar la comunicación, el diálogo, el encuentro y el intercambio.
Pese a su inclusión (reciente) en el sistema educativo y quizás por su condición de etapa no obligatoria, en la escuela infantil sigue pesando todavía lo asistencial e higienista sobre lo pedagógico. Sin embargo, es especialmente en ella donde no deben trasladarse planteamientos centrados en gestionar un elevado número de alumnos; enfoques dominados por lo funcional que han sido tantas veces protagonistas de la arquitectura escolar de la enseñanza primaria y secundaria... [+]