Hace quince años, el centenario del nacimiento de Mies van der Rohe vino a coincidir con una etapa de especial fervor posmoderno, y esa inoportuna simultaneidad proyectó sobre la efemérides una luz indecisa. El propio Museo de Arte Moderno de Nueva York, que conserva los archivos del arquitecto, se limitó a ofrecer una desganada exposición de compromiso, y muchos de los excelentes estudios aparecidos con ocasión del centenario acentuaban las sombras de la biografía y las aristas de la obra. La temprana monografía publicada por esta revista al hilo del evento (AV 6, 1986), en la que entre otros colaboraban los historiadores y críticos Martin Filler, Kenneth Frampton, Charles Jencks, Julius Posener y Franz Schulze, se hacía eco de la desapacible temperatura del momento, descrita taquigráficamente en el título de uno de mis textos en aquel número: ‘Mies es menos: un centenario revisionista’.
Tres lustros después el clima ha cambiado, y las dos grandes exposiciones neoyorquinas del verano de 2001 son testimonio de una nueva actitud hacia el gran maestro moderno. Esta monografía de AV se apoya esencialmente en el esfuerzo de investigación que ha cristalizado en las dos muestras—‘Mies en Berlín’, organizada por el MoMA; y ‘Mies en América’, organizada por el Museo Whitney y el Centro Canadiense de Arquitectura—, y de hecho su núcleo argumental lo forman cuatro artículos provenientes de los catálogos de las mismas, redactados por la profesora neoyorquina de origen alemán Rosemarie Haag Bletter, el historiador francés y antiguo director del CCA Jean-Louis Cohen, el conservador de arquitectura del MoMA y comisario (con Barry Bergdoll) de la muestra berlinesa Terence Riley, y la filántropa canadiense, fundadora del CCA y comisaria de la muestra americana, Phyllis Lambert.
Estos textos ofrecen perspectivas inéditas tanto sobre el tramo europeo de la carrera de Mies como sobre su etapa de Chicago, e iluminan también las vicisitudes que ha experimentado su recepción crítica desde que Philip Johnson organizara en 1947 la primera exposición monográfica de su trabajo. Con el fin de situar estos enfoques en un marco pedagógico, los artículos de los investigadores se introducen con un resumen ad usum Delphini de la trayectoria del maestro, cuyos 60 años de vida creativa se reflejan en 60 obras que procuran mostrar sus líneas fundamentales de exploración arquitectónica. Por último, el número se cierra con un retrato de Mies redactado por Ignasi de Solà-Morales para la monografía de 1986, que acabaríamos reemplazando por otro artículo suyo sobre la figuración moderna, y que publicamos ahora como un homenaje póstumo al arquitecto e historiador catalán: pocos hechos tan decisivos como su reconstrucción filológica del pabellón de Barcelona para impulsar el estado de opinión que hoy permite titular ‘Mies es más’.