Opinión 

Luis Fernández-Galiano y Arquitectura Viva

Opinión 

Luis Fernández-Galiano y Arquitectura Viva

Dulce Xerach Pérez   /  Fuente:  El Día
25/03/2025


La arquitectura puede parecer, a simple vista, una disciplina de planos, ladrillos y hormigón. Pero si miramos con más detenimiento a nuestro alrededor, descubrimos que está impregnada de ideas, historias y, sobre todo, humanidad (con sus luces y sus sombras).Y, en España, todo esto nos lo ha contado durante nuestra democracia, a lo largo de cuatro décadas, Luis Fernández-Galiano que ha sido un maestro en desvelar estas capas, y su revista Arquitectura Viva, que ha funcionado como el lienzo donde este pensamiento se despliega.

En 2025 celebramos un doble aniversario, el suyo personal y el de la revista que creó. Y a veces, cuando una encuentra algo tan magnífico y admirable sobre lo que escribir, aprovecha y quiere no solo aplaudir su trayectoria vital y profesional, sino reflexionar sobre el impacto que ha tenido en cómo entendemos nuestro mundo construido.

Desde sus inicios, Arquitectura Viva ha rechazado ser una simple revista de escaparate. En lugar de limitarse a mostrar proyectos, ha ofrecido un espacio de debate, crítica y exploración. Luis Fernández-Galiano, con su mirada aguda y su brillante pluma, ha sabido llevar la arquitectura más allá de sus límites tradicionales, conectándola con la belleza, con la cultura, la sociedad y las grandes preguntas de nuestro tiempo. Esta capacidad de situar la arquitectura en un contexto más amplio es lo que ha distinguido a esta publicación, y a su director, como referentes imprescindibles.

Lo más notable de Fernández-Galiano, sin embargo, no radica solo en su visión arquitectónica. Es, sin duda, un arquitecto, pero también un narrador muy sabio. Su habilidad para traducir la arquitectura en palabras —palabras que inspiran, retan y educan, pues hace la arquitectura entendible, abordable para todo el que quiera aprender— lo ha convertido en una figura excepcional en el panorama intelectual. Con un enfoque que combina lo histórico, lo político y lo humano, ha conseguido desentrañar los significados profundos de lo que construimos y habitamos.

Pero no debemos olvidar el lado humano de este legado. Luis no solo ha sido un gran director y un excelente escritor; también ha sido un maestro y un amigo para muchos de los arquitectos más comprometidos de la actualidad. Su capacidad para conectar con las personas, para compartir su sabiduría con generosidad, ha dejado una huella que trasciende sus logros profesionales. Es, en este equilibrio, entre el rigor intelectual y la calidez humana, donde radica la verdadera grandeza de su trayectoria. Y yo me alegro de haber podido disfrutar de algunas insólitas conversaciones con él, porque todo lo llena de fascinación y de mil conocimientos que conecta con la mejor arquitectura histórica y contemporánea, siempre de calidad

Luis Fernández-Galiano ha escrito mucho sobre Canarias, y la conexión entre nuestra mejor arquitectura y nuestros paisajes volcánicos y naturales. También ha explorado en nuestro archipiélago temas sobre vivienda, arquitectura y urbanismo en múltiples textos donde siempre busca lo mejor que hemos sido capaces de construir en estos territorios tan aislados como abiertos, tan costeros y tectónicos, tan verdes y tan desérticos, tan costeros y tan diferentes entre sí y ha puesto en valor a las Islas abordando con nosotros muchos de nuestros desafíos contemporáneos insulares

Así que, cuando miro hacia atrás en estos 40 años de Arquitectura Viva y la carrera y la vida de Luis Fernández-Galiano, no solo veo un listado de publicaciones y proyectos. Lo que veo es un recordatorio constante de que la arquitectura, en su esencia más pura no es solo construcción. Es valentía, narración, es innovación, investigación, es filosofía, y crítica y es ética (por desgracia no siempre), y es, sobre todo, un acto profundísimamente humano. En sus manos, y en las páginas de su revista, la arquitectura se convierte en una invitación: a pensar, a cuestionar y, sobre todo, a soñar. Por lo que desde aquí solo podemos decir gracias, infinitas gracias Luis.

El Día: Luis Fernández-Galiano y ‘Arquitectura Viva’


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