Un breve viaje a Ucrania que hice hace ocho meses ha acabado teniendo una repercusión inesperada. Los barrios de Kiev y Járkov sobre los que han llovido proyectiles, cohetes y misiles del ejército de Vladímir Putin desde el 24 de febrero son precisamente los que yo había visitado en detalle, descubriendo en ellos enclaves y edificios de gran importancia histórica.
Los ataques el 1 de marzo que por un tiempo interrumpieron las retransmisiones de televisión se dirigieron a un conjunto de construcciones levantadas durante la década de 1980 con el lenguaje monumental y brutalista de los edificios de telecomunicaciones que fue típico del periodo soviético; un conjunto que corona una torre erigida en 1973. Sin llegar a la elegancia de la legendaria antena del Komintern levantada en Moscú por el genial ingeniero Vladímir Shújov, la estructura de celosía de acero sostenida por tres apoyos es una de las más visibles y emblemáticas de la capital ucraniana...[+]