Con un espectacular despliegue de fuegos artificiales y tras sólo seis años de obras se ha inaugurado la torre más alta del mundo (828 metros oficiales). La anteriormente conocida como Burj Dubai fue rebautizada para la ocasión como Burj Khalifa en honor al emir de Abu Dhabi, que recientemente había salvado a Dubai de la bancarrota. El carismático jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, a quien se debe la conversión de Dubai en un icono global (véase Arquitectura Viva 111), celebraba así su cuarto año en el poder. El diseño del Burj Khalifa es de Adrian Smith, antiguo integrante de SOM. Cuenta con 160 plantas habitables, de las que 49 están dedicadas a oficinas y 61 a apartamentos de lujo; completa el programa un hotel Armani. Desde el mirador en la planta 124, las vistas del emirato árabe que adeuda 170.000 millones de dólares dan vértigo.