La torre y el zócalo de usos mixtos proyectados por la oficina de Bjarke Ingels pretende ser una continuación apropiada a la corta aunque exitosa historia urbanística de Vancouver (Canadá). La intervención ocupa la entrada a la ciudad desde el Puente de Granville, en una posición tan estratégica como dificultosa, ya que está atravesada por una autopista que trocea el solar. Pero, lejos de ser un obstáculo infranqueable, estos condicionantes son precisamente el desencadenante del proyecto, que se segrega —a la manera de la tradición local— en una torre de planta triangular cuyo alabeo permite las vistas sobre el entorno montañoso de la ciudad, y un zócalo fragmentado con espacios públicos de diversas escalas que prolongan la trama urbana.