Este conjunto residencial se ha construido en la ladera noroeste de la ciudad, una zona de abundante arbolado que durante mucho tiempo ha sido considerada inadecuada para la urbanización. Consta de 35 unidades de vivienda distribuidas en tres hileras que, para mejorar sus condiciones luminosas, se sitúan en paralelo, sobre unas plataformas creadas para salvar el desnivel del solar; los jardines, en la zona opuesta a las entradas, se orientan al suroeste para captar mayor cantidad de rayos solares. En el extremo sureste y separados de las hileras por un camino ascendente, tres bloques cuadrados rematan el conjunto. Las plazas de aparcamiento se entierran entre las tiras de viviendas, a dos niveles diferentes para facilitar el acceso de los residentes a sus hogares.

En el proyecto se distinguen varios tipos de vivienda. Tanto en la pastilla más baja como en los bloques de cabecera se construyen apartamentos y dúplex, mientras que en las hileras superiores se emplean dos modelos distintos de viviendas adosadas. Aunque en estas últimas hay aspectos de diseño comunes, el estar siempre se encuentra en la primera planta, al nivel del jardín, la concepción del espacio en ambos casos es bastante diferente: mientras que el bloque intermedio se resuelve con plantas convencionales, el superior deja a un lado los esquemas más tradicionales e incorpora zonas a doble altura. Un ligero descenso en cada forjado potencia la comunicación entre las estancias de la vivienda, distribuidas en las seis plataformas que se crean. Los volúmenes de vidrio que se adosan al nivel superior de la hilera intermedia prolongan el espacio del dormitorio para integrarlo en el entorno.

En los interiores se ha empleado la madera de haya como material principal de revestimiento en suelos y puertas. Al exterior, el color blanco de las fachadas, la composición de los huecos y los elementos de hormigón visto quieren evocar aspectos clásicos del lenguaje del Movimiento Moderno y ayudan a crear la imagen equilibrada que buscaba el proyecto... [+]