Cerca del casco histórico de la localidad francesa de Obernai, en una parcela llena de árboles situada junto a un parque, se alza un nuevo complejo escolar formado por tres singulares edificios que alojan respectivamente una guardería, una escuela elemental y espacios administrativos junto a aulas para diversas actividades. El proyecto se plantea como parte del paisaje, en completa simbiosis con él, en un intento de que la arquitectura exprese procesos dinámicos y naturales, creciendo y transformándose con las estaciones del año.

En recuerdo de los cultivos vitícolas que surcan los campos alsacianos, se elige un sistema de bandas que se agrupan en franjas minerales construidas y zonas vegetales plantadas. Ambas se distribuyen, condicionadas por la masa arbórea, en dirección norte-sur siguiendo la topografía del lugar. Los edificios, alzados en algunas partes sobre un bosque de finos pilares metálicos, poseen un cerramiento de hormigón o de madera sobre el cual se extienden, a una distancia media de 40 centímetros, planos verticales de vegetación que disuelven los límites de las piezas. Esta segunda piel verde se genera con dos tipos de paneles: opacos, formados por cultivos hidropónicos y otros cambiantes con las estaciones, constituidos por un bastidor de malla metálica por el que subirán plantas trepadoras o descenderán viñas desde la cubierta. Para la fabricación de los primeros se diseñó un prototipo que fue probado in situ durante un año. Éste se realizó con una estructura de acero en la que se insertaron seis cajas de PVC que contienen cuatro centímetros de sustrato —enriquecido con un sistema de goteo que aporta nutrientes cada seis meses—, sobre el que crecerán cincuenta especies diferentes de tundra. Las mallas metálicas desempeñan un papel importante en el confort climático de los edificios, ya que el follaje caduco filtra la luz en verano y deja que penetre generosamente en invierno. Al juego lumínico se suma uno cromático gracias a las hojas de ciertas plantas que bañan los espacios del colegio con reflejos coloreados.

La flexible distribución en bandas se organiza con una primera franja de aparcamiento a lo largo de la calle, a la que le sigue una segunda construida que alberga los espacios administrativos y multifuncionales. Este cuerpo sirve como tampón entre la ciudad y la escuela. Los tres nuevos volúmenes se comunican por una galería de vidrio, tipo invernadero, que atraviesa los árboles, filtrándose en el paisaje y consiguiendo una atmósfera de sotobosque... [+]


Obra

Complejo Escolar Oeste y ordenación delentorno, Obernai, Francia.

Cliente

Ayuntamiento de Obernai.

Arquitectos

Duncan Lewis/Scape Architecture; Klein y Baumann.

Colaboradores

Benjamin Jacquement, Hervé Potin, Marc Sittig, Tanguy Vermet, Manal Rachdi, Arthur Couprie, Annonciade Perron; Stéphanie Laurent (paisajista).

Consultores

ICAT (estructura de hormigón); Biosiit (instalaciones); Etibat (control económico).

Fotos

Scape Architecture.