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Hannover 2000.. Convencional y pragmático, el proyecto urbano sobre el que se ha levantado Hannover 2000 se concibió en función de la ampliación y mejora del recinto ferial existente en la ciudad alemana, que es uno de los más importantes de Europa. Así, la principal novedad que presenta esta exposición de tránsito a un nuevo milenio es que parece haber roto con una tradición centenaria de exposiciones universales con edificios memorables: la escenografía mediática ha acabado por imponerse a la arquitectura de pabellones.
Sumario
Manuel Cuadra
Un espejo urbano
La Feria y la Expo,
virtudes y flaquezas alemanas
Kaye Geipel
Dilemas universales
La arquitectura de pabellones,
tectónica y multimedia
Edificios: proyectos y realizaciones
Imágenes memorables. Frente a la invasión multimedia, Suiza, Japón, España y Portugal han elegido presentarse a través de construcciones singulares, realizadas con materiales naturales como madera, cartón o corcho.
Arquitectura
Peter Zumthor, Suiza
Shigeru Ban, Japón
Cruz y Ortiz, España
Siza/Souto, PortugalColores nacionales. La exaltación de las propias esencias arquitectónicas reúne a una Holanda vanguardista con un México teñido de color, y a una Hungría expresionista y orgánica con una Finlandia de vocación ecológica. MVRDV, Holanda
Legorreta, México
Vádasz y Társai, Hungría
SARC, Finlandia Motivos y temas. Unos paraguas de madera resumen el lema verde de la Expo; la fe cristiana se encarna a través de la geometría; y temas de futuro como la movilidad, el trabajo o la salud se despliegan en terrenos virtuales.
Thomas Herzog, Umbráculo
GMP, Iglesia Cristiana
Jean Nouvel, Movilidad/Trabajo
Toyo Ito, Futuro de la salud
Libros, exposiciones, personajes
De Berlín a Venecia. En el Neues Museum de Berlín, una muestra recorre cien años de urbanismo y arquitectura de la ciudad; y en la Bienal de Venecia, la representación española se confía a las generaciones más jóvenes. Arte / Cultura
María Ocón
Berlín 1900-2000
Adela García-Herrera
España en la Bienal‘In memóriam’. A las pérdidas de Enric Miralles y Francisco Javier Sáenz de Oíza, figuras de referencia de la última mitad de siglo en España, se suman la del norteamericano John Hejduk y la del uruguayo Eladio Dieste. Luis Fernández-Galiano
Ceremonias del adiós
Ocho testimonios
Miralles, Hejduk, Oíza, DiesteModos de ver. El arte y la vida se funden en los textos de John Berger, del que además de reeditarse una de sus obras fundamentales se ha publicado la correspondencia que mantuvo con el pintor John Christie.
Historietas de Focho
Dominique Perrault
Autores varios
Libros
Interiorismo, diseño, construcción
Francia inmaterial. Los reflejos y las transparencias continúan caracterizando la última arquitectura francesa, como ponen de manifiesto la fachada espejo de Dominique Perrault para una industria de adhesivos; el podio aterrazado de Patrick Berger para albergar la sede de la UEFA; o el cuenco transparente de Chaix y Morel para proteger un campo de fútbol. Técnica / Estilo
Dominique Perrault
Fábrica Aplix, Le Cellier
Patrick Berger
Sede de la UEFA
Chaix y Morel
Estadio de la Licorne, AmiensPara terminar, el arquitecto costarricense afincado en Houston Carlos Jiménez, que formará parte del jurado del premio Pritzker a partir de su próxima edición, relata la entrega del galardón de este año a Rem Koolhaas, en una ceremonia celebrada en Jerusalén: una ciudad sagrada y milenaria que no fue la mejor caja de resonancia para el discurso globalizador del holandés. Productos
Revestimientos
Resumen en inglés
Hannover 2000
Luis Fernández-Galiano
Belleza americana
Luis Fernández-Galiano
Hannover 2000
Es difícil conversar con gritos y susurros. Los pabellones de Hannover pregonan su mercancía simbólica de formas tan diversas que la cacofonía visual resultante tritura los mensajes hasta reducirlos al magma amable del ocio recreativo. El urbanista Albert Speer, que contó con la ayuda del arquitecto Thomas Herzog y del ya fallecido paisajista Dieter Kienast, ha dirigido la construcción de la Expo con eficaz pragmatismo, utilizando las instalaciones de la existente Feria de Hannover, a la que se han añadido dos zonas de pabellones y jardines temáticos. El resultado es un conjunto modesto y sensato, menos espectacular que Sevilla 92 pero más ambicioso que Lisboa 98, donde las grandes inversiones infraestructurales se rentabilizan por su vinculación a la Feria permanente, y donde la aparentemente inevitable algarabía trivial de los pabellones se compensa con jardines abstractos de hermética poesía. Razonablemente fiel a su propósito de reconciliar técnica y naturaleza con su énfasis en la economía de medios y el carácter reciclable de las construcciones temporales, esta vigésimo segunda exposición universal es también la primera que se organiza en Alemania, y su perfil responsable y discreto refleja bien el orgullo inseguro de una nación traumatizada por su historia reciente. La mediocridad arquitectónica de su propio pabellón, atento sólo a ceñirse a la corrección política de la funcionalidad transparente, ilustra por su parte la faceta más lamentable de esta ambigüedad perpleja.
En la selva de pabellones, atravesada por los esperables teleféricos y pasarelas, se mezcla lo deplorable y lo excelente, pero hay al menos dos construcciones que no pasarán inadvertidas, porque representan los extremos del debate contemporáneo. El pabellón de los Países Bajos, proyectado por el joven equipo de Rotterdam MVRDV, apila con sensibilidad surreal cinco paisajes holandeses, en lo que es a la vez una ilustración de sus tesis sobre la ocupación máxima del suelo, y una metáfora de las necesidades de Lebensraum en su poblado territorio; y el pabellón de Suiza, del veterano maestro de Chur Peter Zumthor, evita cualquier exhibicionismo para reducir la representación de su país a un laberinto de listones de madera sin desbastar que se utilizarán como material de construcción al término de la Expo, y que mientras tanto ofrecen degustaciones y música selecta a los visitantes que se aventuran en su penumbra íntima y cordial.
Entre los gritos holandeses y los susurros suizos, sin embargo, no es fácil imaginar diálogo alguno, y tampoco parece verosímil esperarlo en el conjunto abigarrado de la Expo. Ajenos a los argumentos del otro, y circulando autónomos por el planeta de las ideas y las formas como partículas elementales, los pabellones solipsistas de Hannover exhiben su identidad nacional y arquitectónica en una sucesión de soliloquios que prometen más fatiga que enseñanza. Conversen, por favor.