Viviendas sociales, Conil
Javier Terrados 

Viviendas sociales, Conil

Javier Terrados 


Enclave privilegiado de la costa gaditana, Conil conserva su trama de calles estrechas y pequeños patios en los que se diluye la frontera entre lo público y lo privado. Algunas de estas calles se transforman al caer la noche: los vecinos las privatizan cerrándolas con cancelas, las personalizan sacando fuera sus muebles y hacen uso de ellas como extensión de sus propias casas. Aunque situado en una zona de crecimiento, este proyecto de promoción social evoca la conquista vecinal y levanta sus tres plantas hacia el interior de una manzana rectangular, donde tres corredores longitudinales superpuestos en altura dan acceso a las viviendas.

Inspirado en la tradición local de apropiación de la calle como extensión de la casa, el bloque se levanta hacia el interior de la manzana, con tres galerías longitudinales superpuestas que lo atraviesan de lado a lado.

Dos hendiduras, una en la cabeza de manzana y otra en el lado largo hacia el este, constituyen respectivamente las entradas principal y secundaria. Cada una de ellas está asociada a un núcleo de escaleras: las tres calles que las comunican, a lo largo de las tres plantas, recorren el bloque de norte a sur, iluminadas por patios contrapeados y con las coníferas de un pequeño parque aledaño como telón de fondo. El núcleo principal alcanza una azotea transitable que se emplea para tender la ropa.

El diseño de las treinta viviendas busca la máxima seriación. Las unidades residenciales de dos, tres y cuatro dormitorios son versiones de un modelo único, en el que una cabecera húmeda (que incorpora baño, vestíbulo y cocina) se ‘enchufa’ a la galería, acompañada en su recorrido por una cámara longitudinal registrable que aloja las instalaciones. En cada una de estas unidades funcionales, la cocina se asocia al salón en la zona de día y el baño se abre a los dormitorios en la zona de noche. Las viviendas interponen entre ellas pequeños porches abiertos a las galerías y volcados a los patios, donde tiene lugar la ruptura de la frontera entre lo colectivo y lo individual que inspira la propuesta. Los estares y dormitorios ocupan así la periferia del bloque, mientras una banda de patios, porches, baños y cocinas lo atraviesan de lado a lado.

Las viviendas se conectan al corredor por donde discurren las instalaciones a través de un módulo que incluye vestíbulo, cocina y baño. Entre ellas, patios y porches iluminan el espacio y diluyen el límite entre lo público y lo privado.

Una estructura a base de forjados unidireccionales de hormigón y pilares metálicos galvanizados en frío cose el edificio. Las cruces de arriostramiento, necesarias para dar rigidez al conjunto, se esconden en los paños ciegos de los núcleos húmedos (imprescindibles a su vez para garantizar la privacidad de las viviendas), de manera que los pilares ven reducida su sección y se esconden en los muros de cerramiento, evitando resaltes. La estructura queda por completo embebida en los límites de cada vivienda, de manera que ésta podría prescindir de toda la tabiquería y disfrutar, llegado el caso, de una planta completamente diáfana.


Cliente Client

Roche, Sociedad Anónima Municipal 

Arquitecto Architect

Javier Terrados

Colaborador Collaborator Francisco Gutiérrez (aparejador quantity surveyor)

Contratista Contractor

Conileña de Construcciones

Fotos Photos

Fernando Alda