Instituto en Villanueva del Río y Minas, Sevilla
Javier Terrados  Fernando Suárez Corchete 

Instituto en Villanueva del Río y Minas, Sevilla

Javier Terrados  Fernando Suárez Corchete 


Donde empieza a  desdibujarse la trama construida de la pequeña localidad sevillana de Villanueva del Río y Minas, el nuevo instituto ocupa una parcela con una fuerte pendiente. Se llega hasta el lugar ascendiendo por la estrecha calle que construyen las traseras de las viviendas situadas al norte. Hacia el sur, el centro se acomoda en un borde urbano a medio consolidar y abierto al paisaje luminoso y fértil de la vega del Guadalquivir.

Un cubo de paños casi ciegos en la zona inferior y un contenedor apaisado y semitransparente en la cota más alta jerarquizan la sucesión de prismas blancos y pequeños patios que jalonan la ladera para construir el instituto.

Compuesto por varias piezas escalonadas en la ladera, el conjunto proporciona a la calle de acceso una fachada continua, resuelta a modo de tapia alta horadada por patios ajardinados; hacia el área de recreo, donde un tapiz de albero señala el espacio del futuro jardín, se fragmenta por el contrario en piezas prismáticas. Un ‘pasaje’ cubierto paralelo a la inhóspita calle de las traseras organiza las distintas dependencias que demanda el programa, ascendiendo desde el atrio de entrada hasta desembocar en un generoso porche, elemento de transición hacia las pistas deportivas que ocupan la cima del solar y antesala para la cafetería desde su entrada independiente. A ambos lados de esta calle interior se suceden en planta baja despachos y seminarios, junto a las dos escaleras que dan acceso a las aulas de las plantas superiores. La luz impone un ritmo secuencial a lo largo de todo el recorrido, difuminándose a través de los paños translúcidos que se alternan para cerrar los patios.Apropiándose de dos de ellos, la casa del conserje remata la crujía a la calle.

Un gran cubo, voluntariamente sobredimensionado para dar al edificio una escala pública en un entorno de piezas menores disgregadas, construye el vestíbulo. En su interior, una escalera exenta remata la galería de las dos plantas de aulas, conectando con la biblioteca a doble altura. Escondido en el doble muro del atrio discurre un angosto pasillo que facilita el acceso independiente hasta la sala de lectura. Finalmente, el extremo más elevado de la parcela se coloniza con el pabellón polideportivo, un gran galpón exento y dispuesto en sentido transversal al corredor de las aulas. Al levantarse su cubierta de estructura metálica sobre un ventanal corrido de vidrio en U, se obtiene para su interior una luz intensa y al tiempo difusa.

Frente a la rotundidad del cubo que se aísla de su entorno, el pabellón deportivo busca el cielo en sus cuatro fachadas, elevando la cubierta sobre una estructura de perfiles de vidrio en U.

El conjunto se ha pintado de blanco, combinando en la cara sur paños enfoscados y ciegos con otros de madera cemento donde se alinean dos bandas horizontales de cajones de acero galvanizado y lamas regulables que iluminan las aulas y ‘amueblan’ la fachada. Unos finos perfiles, también de acero, delimitan el perímetro de cada uno de estos lienzos, arrojando sobre el muro una sombra sutil.


Cliente Client

Sevilla Activa, Junta de Andalucía 

Arquitectos Architects

Francisco Javier Terrados, Fernando Suárez 

Colaboradores Collaborators

Víctor Baztán (aparejador quantity surveyor) 

Contratista Contractor

Agbar Construcción

Fotos Photos

Fernando Alda