Casas autoconstruidas, El Puerto de Sta. María
Pico & López 

Casas autoconstruidas, El Puerto de Sta. María

Pico & López 


El poblado de Doña Blanca fue una de las obras que el Instituto Nacional de Colonización desarrolló en los años sesenta con el fin de consolidar la explotación agrícola de las marismas del Guadalete. Perteneciente al término de El Puerto de Santa María y dominado al norte por la Sierra de San Cristóbal, este asentamiento de trazado regular se rodea en el sur, el oriente y el poniente por la desecada vega del río. Frente a ésta, convertida hoy en parque natural, veinticinco casas en régimen de autoconstrucción conforman el borde último del núcleo.

El cubo elemental sobre el que se efectúan unas variaciones mínimas ha facilitado la construcción por parte de los futuros propietarios; y la tenaz repetición de los mismos genera una pauta de apropiación del territorio.

Con un programa mínimo de setenta metros útiles por unidad, el proyecto recibe la subvención de las instituciones confiando su ejecución a los futuros propietarios, que comparten la circunstancia de estar muy ilusionados con la obra, de disponer del tiempo necesario para abordarla y de contar con unos conocimientos limitados en la materia.

La sencilla ordenación opta por disponer los cubos blancos en el perímetro de dos manzanas y en el extremo de cada parcela, unidos por un muro de tres metros que rodea los jardines y penetra, según el caso, en el interior de las viviendas. Los paños blancos y regulares se abren en pequeños huecos allá donde el programa lo demanda. Tres escalones conducen hasta el nivel de la planta baja, ligeramente elevada respecto a la calle para dotar de cierta privacidad a los estares, expuestos a la visión de los paseantes. En el tipo sur, el más repetido, el salón y el dormitorio principal se abren a la calle y al sureste, encontrando su horizonte visual en las marismas y Medina Sidonia, mientras las zonas de servicio, cocina y baños vuelcan al jardín posterior. En el resto de los tipos, las viviendas cambian en razón de la orientación y la implantación, girando sobre sí mismas y acomodándose en los límites del cubo blanco y rotundo, que permanece exteriormente intacto. La reiteración de los prismas dibuja, como remate de la trama ortogonal del núcleo urbano, una línea horizontal y contundente que se hace eco del paisaje. Sobre los lados contiguos de las manzanas, dos pequeñas plazas funcionan como lugar de encuentro para los vecinos.

Son los propietarios de las viviendas quienes terminarán de diseñarlas. Se ha previsto para ello la posibilidad de una ampliación en la planta superior—controlada en parte por la definición del cerramiento y de sus huecos—, así como una ocupación futura y sin reglas de los espacios libres de cada parcela. De momento, éstas se han delimitado con muros de bloque sin pintar, cuyo tono pardo se funde con el colorido más habitual del entorno.


Cliente Client

Junta de Andalucía, Ayuntamiento de El Puerto de Santa María Arquitectos Architects

Ramón Pico Valimaña, Fco. Javier López 

Colaboradores Collaborators

José A. López, José Corbalán (aparejadores quantity surveyors); Juan Gómez Llera (dibujante drawings

Consultores Consultants 

CALCONSA (estructura structure

Fotos Photos

Fernando Alda