Sede del Colegio de Arquitectos, Tarragona
Rafael Moneo 

Sede del Colegio de Arquitectos, Tarragona

Rafael Moneo 


La arquitectura, las masas del nuevo edificio, nacen, por un lado, de la condición arqueológica del solar y, por otro, de la necesidad de establecer una buena relación con el entorno existente. Todo esto impli­caba tanto el respeto a la escala y a las alineaciones como la creación de espacios abiertos que lo valo­rasen al potenciar el carácter público del mismo.

El deseo de mantener las alineaciones traía con­sigo en esta ocasión —como natural y provechoso corolario— la conservación de las fachadas existen­tes. Y así se ha hecho, aunque discriminando y estableciendo una cierta jerarquía de valores en los mismos.

El estado de conservación de la casa del Canóni­go Canals obligaba, caso de seguir la indicación del Plan Especial, a respetar la fachada y a construir en el interior, rehaciendo la casa con un fondo de 18,50 metros. Una indicación más tibia se hacía respecto a la casa de L’Ardiaca, si bien se establecía una crujía de 5,30 metros. En todo caso, la fuerza de las alineaciones parecía reforzar esta alternativa.

Pero si se admite que la fachada de la casa del Canónigo Canals adquiere su mayor valor y merece la mayor consideración en la generosa planta baja, se comprenderá la propuesta de mantener las alinea­ciones conservando sólo el potente zócalo en el que se abre la bien trazada puerta.

Esto quiere decir que se respetan las alineaciones al tiempo que se descarga el volumen de construc­ciones de la calle Santa Tecla, con la consiguiente mejora del soleamiento del edificio. Por añadidura, el traslado de la masa del edificio al interior del solar supone dejar espacios abiertos en inmediata rela­ción con la calle.

Tal modo de entender la disposición del edificio implicaba la construcción sobre las ruinas, pero, ¿puede llegar a ser ésta una manera de conservarlas?

Esta es la propuesta, el núcleo de interés del proyecto. Respetando íntegramente la condición medianera del muro alto-imperial —que se ha de conservar estrictamente en el nuevo edificio—, lo que se planteó en la disposición adoptada para el mismo era utilizar materialmente los muros del bajo imperio, los muros de la nave de uso desconocido, como genuino arranque de los del nuevo edificio: de hecho los muros de la antigua nave determinan las dimensiones y las proporciones de la sala de conferencias del Colegio. De esta forma, las viejas orientaciones de la ciudad romana seguirán estando presentes en lo que ha de ser la casa de los arqui­tectos.

Desde la bien labrada puerta de la casa del Ca­nónigo Canals se accede a un patio en el que la franca y decidida fachada que corre paralela a la calle Santa Tecla se convierte en un elemento de capital importancia: la frontalidad con que se nos presenta la fachada queda subrayada por el obligado itinerario que comienza en la escalinata situada en una de las esquinas del patio.

Tal patio —en el que los restos de la casa del Canónigo Canals se entremezclan con elementos que adelantan lo que será la fachada— está domi­nado por un jardín en el que se han conservado los restos medievales, dando así lugar a una obvia alusión a la disciplina que practican quienes viven en aquella casa. La gradualidad con la que se pro­duce el acceso (puerta, patio, escalera) tiene su término en la fachada cuyos atributos más destaca­dos son la serenidad y la calma. Orden y número, regularidad y precisión en las dimensiones, dan consistencia a la fachada, al tiempo que se confía en los elementos singulares para atraer la atención del espectador.

Como ya se ha mencionado, en el sótano quedan a la vista las ruinas romanas bajo la amplia crujía, así como los muros bajo-imperiales, de los que arrancan los que contienen la sala de conferencias. Bajo la crujía que corresponde a la fachada de la actual casa de L'Ardiaca se emplazan los almacenes y las instalaciones.

En la planta baja se produce el doble acceso, y en el amplio espacio de la crujía de 8 metros se ha dispuesto una sala de conferencias. La sala de ex­posiciones queda definida por los muros de la nave existente. En la planta primera se han situado todos aquellos servicios que conllevan un contacto directo con el público: recepción de documentos, caja, vi­sado, despacho del secretario, etcétera.

En la segunda planta, la amplia crujía divide el espacio en una serie de despachos independientes, a los que se suman una amplia sala de juntas y un generoso despacho para el presidente. Por último, en la planta tercera se desarrollan el espacio above­dado con dobles luces de la biblioteca, el despacho del bibliotecario y otro para investigadores...[+]


Cliente Client

Colegio de Arquitectos de Cataluña, Demarcación de Tarragona Catalonia Institute of Architects, Tarragona Branch

Colaboradores Collaborators

Emilio Tuñón, proyecto project; Jordi Sarda, Jordi Royo (aparejador technical architect), dirección de obra site supervision.

Consultores Consultants

Mariano Moneo (estructura structural); O. C. I. (instalaciones mechanical and electrical).

Contratista Contractor

Dragados y Construcciones.

Fotos Photographs

Milimétrica.