Este proyecto de investigación responde a un estudio solicitado por la ciudad de París que quiere examinar las posibilidades, condiciones y consecuencias de elevar puntualmente el techo de altura de los edificios de la capital, actualmente limitado a 37 metros. Se parte de la idea de que el problema de la altura no se limita a la construcción esporádica de una o varias grandes torres aisladas —que pueden crear un vacío a su alrededor produciendo un tejido urbano de baja densidad— sino que trata de la posibilidad de crear un conjunto susceptible de generar fragmentos de ciudad densa y compacta.

En este estudio se trata de definir un tejido urbano más alto y más denso en el que diferentes torres pudiesen implantarse. Densificar la ciudad puntualmente construyendo en altura mejoraría las condiciones vitales de los habitantes con apartamentos más grandes, espacios verdes, transporte público y mayor cantidad de servicios. Se utiliza como lugar de investigación la Porte de la Chapelle, un vasto territorio en mutación que ofrece un gran potencial y edificabilidad, donde se inserta una trama de 130 x 55 metros que se despliega sobre el terreno y se superpone a las redes existentes incorporando las torres ya construidas y reactivando de esta forma el sistema urbano original.