En colaboración con el artista irlandés Brian Maguire, este pabellón —el primer encargo público de O’Donnell y Tuomey— fue diseñado para representar a Irlanda en la exposición ‘11 Cities/11 Nations’ en la ciudad holandesa de Leeuwarden en 1989 y dos años más tarde se reconstruyó en el patio central del Museo Irlandés de Arte Moderno con motivo de su inauguración. En este segundo lugar es donde la pieza cobra todo su sentido ya que en el primer emplazamiento se exponía como parte de un conjunto en el interior de un espacio cubierto y el proyecto había sido concebido como un edificio en sí mismo.

Fabricado con madera y hierro corrugado, el volumen recuerda desde el exterior a un granero o a un paso fronterizo, mientras que en el interior encontramos una galería de arte donde se muestran doce obras de Brian Maguire. La sensación de aislamiento y pérdida que trasmiten sus pinturas se refleja en este pequeño refugio pensado como una sucesión de espacios contemplativos que intensifican la experiencia del observador. Además de la prominente rampa que llega a una entreplanta reticular, un entablado alargado, una pasarela lateral y una escalera interior guían el recorrido del espectador a lo largo de la exposición.