Poco después de que se completara el instituto cinematográfico irlandés, se construyó en el interior de la misma manzana un nuevo espacio público limitado por dos edificios enfrentados: un volumen de ladrillo que acoge el archivo nacional y la escuela de fotografía; y una pieza de piedra que contiene la galería . El proyecto formaba parte del plan de regeneración urbana del área de Temple Bar que desarrollaron O’Donnell y Tuomey junto a otros siete estudios jóvenes de Dublín bajo el nombre de Group 91.

El archivo fotográfico, destinado a albergar 250.000 negativos sensibles a la luz, exigía que el edificio fuera en su mayor parte opaco. La fachada, por tanto, no está sujeta al ritmo habitual de las ventanas y se moldea con libertad combinando superficies de ladrillo con fragmentos metálicos y pequeños huecos cuadrados. En la galería fotográfica, sin embargo, destaca el ventanal central que relaciona visualmente las salas de exposición y el espacio público. Un sistema de paneles pivotantes duplica la superficie disponible para mostrar las obras y permite adaptar el espacio a los diferentes requerimientos del programa. En las noches de verano, se proyectan películas e imágenes desde el edificio del archivo hasta la fachada de la galería, de manera que el espacio público intermedio se convierte en la platea de un cine al aire libre.