El Museo de Literatura Moderna (LiMo) se posa sobre una colina en un pintoresco parque de la ciudad de Marbach, desde donde se divisa el valle del río Neckar. Situada a unos 25 kilómetros al norte de Stuttgart, Marbach —localidad natal de Friedrich Schiller— cuenta con un museo construido en 1903 dedicado a este poeta y dramaturgo, además de acoger la sede del Archivo Nacional de Literatura, que data de la década de los setenta. Procedentes de los fondos del Archivo Nacional, el museo posee un extenso patrimonio de literatura del siglo xx, con originales manuscritos tales como El Proceso de Franz Kafka o Berlin Alexanderplatz de Alfred Döblin, disfrutando además de vistas panorámicas del excepcional paisaje distante.

Insertado en la topografía de la colina, el museo presenta fachadas cambiantes en función del punto de vista. El volumen se aterraza para adaptarse a la pendiente del terreno, permitiendo la creación de espacios de muy diferente carácter que van desde el ambiente íntimo y en sombra de la entrada situada frente al Museo Nacional Schiller en la cima, hasta la secuencia de espacios escalonados de condición más generosa y abierta en su parte inferior. Un volumen situado en la parte más alta, a modo de pabellón, hace el papel de entrada al museo. En el interior, las diferentes estancias se descubren a medida que se desciende a través de la logia, vestíbulo y escaleras, preparando al visitante para las galerías de exposición paneladas en madera oscura. Estos espacios están pensados para contener y exponer los 1.300 objetos, libros y documentos de los que consta la colección permanente y que reciben iluminación artificial debido a la gran fragilidad del material expuesto. A cada uno de estos espacios, de condiciones ambientales muy controladas, se adosa una galería iluminada con luz natural, compensando el mundo volcado hacia el interior de los textos y manuscritos con el pintoresco paisaje verde al otro lado de los grandes paños de vidrio.

La materialidad del edificio busca la solidez y claridad conceptual, prestando al sereno y racional lenguaje arquitectónico una presencia espacial física y sensual. Los suelos están construidos con losas de piedra caliza, los muros y pilares son de hormigón visto —enriquecido con áridos brillantes de la misma piedra caliza que el suelo—; y los acabados de las salas y las puertas se han realizado en madera de ipé brasileño. Los documentos y objetos expuestos se colocan en vitrinas de vidrio que ocupan el centro de las salas, a modo de cajas de luz.

El Museo de Literatura Moderna recibió el premio RIBA Stirling en el año 2007.